LA
CASPA BLANCA DEL PAPA
Antonio
Parra
La
rosa de oro se titulaba un hermoso cuento de Clarín, místico misterioso sobre
esa veneración como a dios con que los españoles genuflexos idolatramos al
obispo de Roma al que no se le besa la mano sino el pie y de cuya presencia
acatamiento hay que salir s reculas sin dar media vuelta pues perderle la cara
a Su Santidad sería irreverencia, algo que arranca de los emperadores romanos
que tenían culto motu propio [pontífice o puente entre el cielo y la tierra;
papa vicario de Cristo, etc, y hoy los norteamericanos que lo copian todo
intentan convertir a Bush en efigie de la deidad pontífice supremo de una
religión laica al grito monetario del in God we trust].
El autor asturiano se refería a León XIII un
anciano conde italiano que se dejaba fotografiar fumando o tomando rapé y
quedan algunos documentos gráficos en los que aparece rodando en su carroza
abanicado por un fámulo con el flavello. Creo que Clarín el cual siempre
fue católico pero que no se resiste a analizar con fisga y un poco sentido del
humor las cosas de la vanidad humana termina su cuento con una frase “también
los papas son mortales”.
Pedro Antonio de Alarcón, de la misma manera,
tuvo una entrevista de media hora con Pío IX el papa del Syllabus y la proclamación
del Dogma de la Inmaculada Concepción, el que fue expulsado de los estados
pontificios, tan calumniado por los liberales y cuya efigie era utilizada como
tiro al blanco y a la carcundia por los plumillas que escribían en
publicaciones libertarias o anticlericales como el “Padre Cobos” o “Fray
Candil”, de la misma forma que por estos días ha circulado la caricatura del
pobre Benedicto XIII con parche y todo bajo la mitra como si fuera pirata y al
que los islámicos fundamentalistas quemaban en efigie. Alarcón con suma ternura
repara en que aquel anciano al que besó el pie de rodillas tenía el pelo blanco
y no demasiado limpio.
“Por detrás sus guedejas ludían con el
alzacuello de la sotana y dejaban una siembra de caspa” (cito a ciegas este
texto que aparece en la obra “De Madrid a Nápoles”) y hace la misma observación
coincidiendo con Clarín el granadino: también los papas tienen sus flaquezas.
Suprema ternura la que se desprende de estos comentarios que lejos de menguar
nuestra fe la incrementan. Estamos hechos todos de los mismos mimbres. La idea
del cesarismo que convertía a los sucesores de Pedro en deidades no deja de ser
más que una bella metáfora. Bajo la tiara y el peso de la púrpura son
hombres. Y se equivocan como todo hijo
de vecino cuando no hablan desde el trono. Como católico creo que en la
primacía de la sede apostólica, pero hay papas que me gustan más que otros. En
la larga historia de la SRI los hay para todos los grados. A San Ignacio no le
gustaba nada el papa Caraffa, pongamos por caso de la misma manera que a mí y a
alguno de mis amigos curas no les gustaba Wojtyla al que hicieron sus alabanzas
con la boca pequeña y con miedo a caer en algún renuncio.
Caveats que no oculté yo en su día que no
tengo la ciencia infusa ni hablo ex cátedra y me valieron no pocos anatemas.
Será que no entiendo al Espíritu Santo y sus misteriosos caminos pero cartas
son cartas. Y hay papas con caspa y hay papas que ostentan una limpia y hermosa
cabellera como el actual. Ratzinger tan vapuleado e incomprendido por el gran
poder de las fuerzas oscuras todo lo contrario. Este alemán escritor eximio que
conoce los misterios de la alta teología y es posible que con su pontificado
mesiánico ponga derecho lo que en ella anda del revés, desde Lutero aquel fraile
alemán que tanto daño hizo a la Iglesia con su soberbia de eclesiástico y
allane los caminos del Señor que son los de la Fe, la Caridad y la Esperanza en
Xto. Sus detractores claro está no comprenden la locura de la cruz que es una
fuerza para afrontar las contradicciones sufrimientos escarnios contumelias
difamaciones indirectas rechiflas injurias amenazas azotes cárceles destierros.
¡Benedicto
XIII qué bien ha leído a san Pablo! Ahora afronta el viaje más difícil de todo
su pontificado: la visita de paz a Constantinopla que fue la cuna de la Iglesia
constantiniana tal y conforme la conocemos en su versión exterior (episcopado,
rangos, jerarquías, pandectas, cánones, liturgia, venerandas tradiciones y
también anatemas herejías disensiones disparidades de criterio algunos errores
e intolerancias) e interior como fue el dogma trinitario definido por Atanasio
para desbancar a Arrio, el monacato y el culto a la Virgen María que irradió de
una ciudad turca que se llama Efeso y donde primeramente estuvo instalado el
templo de Afrodita. Existe una leyenda al respecto. Cuando los jenízaros del
sultán irrumpieron en el templo de Santa Sofía (dedicado a la Madre de Dios) un
diácono entonaba las letanías. La misa se interrumpió con los celebrantes
pasados a cuchillo.
Era el año 1453. Pero aquella eucaristía
suprimida de mala manera se reanudaría un día y que todos, verdugos y víctimas,
bajo el manto de la Theotokos, se reconciliarían y suplicarían el auxilio y el perdón
adorando al Dios Único. Esa profecía se ha cumplido a medias puesto que los
turcos, cosa que les honra, respetaron los mosaicos que adornan los frescos de
la cúpula y siendo musulmanes y por tanto iconoclastas enemigos de la
antropomórfica, una aberración para ellos representar a Dios en forma de hombre,
pero gracias a su misericordia en mi sitio de trabajo yo tengo esa estampa del
Salvador griego como la que se ostenta triunfal en la bóveda de Santa Sofía.
Misericordia y perdón y reconciliación ese vuelve a ser el signo de este
encuentro del papa Ratzinger con los hermanos ortodoxos y con los hermanos
mahometanos.
Al menos yo quiero entenderlo así de la misma
forma que otros muchos cristianos. Los pecados de los hombres no son obstáculos
ni trabas a la economía de la Redención proyectada desde el Santo Leño para una
humanidad afligida y convulsa que sigue caminando por la historia. Todo tenemos
que ceder un poco para encontrar ese vértice, ese punto de apoyo que nos une
más allá del ángulo que nos separa. ¿Será posible?
Hontanar fue Bizancio del monacato y de la
tebaida de Anatolia porque aquellos greco turcos asumieron el mandato evangelio
de la renuncia total al pie de la letra y trataron de buscar a Jesucristo en
las soledades del desierto en aquellas grutas espectrales que yo he visitado en
busca y procura de las enseñanzas del monje Macario. Si un ojo tuyo te
escandaliza arrancatelo y si una mano, córtatela. Macario el venerable se la
cortó con un hacha de dos filos. Lean a Tolstoi.
Ex
oriente lux. Esto traducido libremente quiere decir que siempre amanece por
Levante. El buen Benedicto, tan denostado y calumniado, va a visitar el trono
de san Basilio y del Crisóstomo. Boca de oro, cabellos blancos y en algunas
hombreras incluso las de las testas coronadas una siembra de caspa que
representa horrores y errores antiguos anatemas y excomuniones. Uno tiene que
traer a colación el cisma de Miguel Cerulario. El complicado mundo de los
Paleólogos. O los atropellos de las cruzadas. Es un milagro que los ortodoxos
tan celosos en la guarda de la tradición hayan preservado el depósito de la fe
con tanto esmero y ello a pesar de las intolerancias y pecados humanos o las
disputas de jurisdicción. Y a pesar de haber estado sometidos a la férula del
imperio otomano del que todo habrá que decirlo fue tolerante a ratos con los
seguidores del Crucificado. La iglesia de Roma que atraviesa la peor crisis
desde antes de la invasión de los bárbaros a causa del consumismo, la
desorientación, el neopaganismo neoliberal, el sectarismo, las conferencias
episcopales, los nacionalismos y ponga usted todos los ismos que le quepan en
esta visita apostólica al Fanar de Estambul quiere encontrarse a sí misma en
este beso de paz al otro Vicario de Cristo el patriarca Bartolomé I entronizado
en 1999. Pedro y Andrés la cruz latina y el aspa griega se abrazan en este
encuentro. Al tiempo que tratarán de hacer extensible el ósculo de
reconciliación a la Media Luna y al Menorah Bendito. Que se borren los
prejuicios y estigmas del pasado que hicieron correr tanta sangre entre las
tres religiones monoteístas.
En nombre de un mismo Dios nos estuvimos
matando ¿Es posible aun la utopía? Veremos a ver. Uno acaricia los wishful
thinkings y cree hacederos los milagros. San Andrés la nieve en los pies
decimos por mi tierra. Ya muestran algunos cordales de la sierra guadarrameña
el blanco solideo de la nieve en las nevadas cumbres. No es la caspa blanca del
Papa sino el maná eucarístico, el alba de blandura de las almas purificadas. Es
la fiesta que cierra el ciclo del calendario litúrgico antes del Adviento.
Por eso se le brindan al santo apóstol hermano
de Cefas y pescador como él tantos refranes. Por San Andrés el vino nuevo en
los odres añejo es. Y en alguna taberna escuché decir en mi infancia: por San
Andrés ya al vino no le preguntes de cuándo es. Noviembre bendito mes que
empieza por los Santos y termina por San Andrés. Bendito mes Bendita
eucaristía. Y comunión de la palabra de vida del perdón y la reconciliación que
nutre el dialogo de civilizaciones, el encuentro entre vecinos enfrentados.
Benedicto XIII muy probablemente alentado por alguno de los Siete Dones que spiritus
ubi vult spirat-decimos- quiere proponer un programa que aniquile, arduo
empeño, las guerras de religión. Quiere confundir y derrocar a Belial y a la
Potestad de las tinieblas a los Warmongers diseñando una hoja de ruta
para la paz.
El Islam no lo dudo es también una religión de
paz pero a la vista de su empeño en mantener ciertas enraizadas costumbres que
chocan cuando no irritan en Europa como la contumacia en mantener tapadas a sus
mujeres no lo parece. Y allá do fueredes haz lo que vieredes. When in
Rome do what the romans do (cuando peregrines a Roma haz lo que hacen los
romanos).
Por otro lado encuentro disculpable y hasta
saludable el hecho de que las moras quieran mantener su toca medieval y se
vistan pudorosamente algo que debieran aprender las europeas que se dicen
cristianas y exhiben rotundas las curvas y desnudeces de su cuerpo atentando
contra las reglas del recato y del pudor digo yo que si a muchas españolas no
les habrá tentado la serpiente o picado el bicho y se han vuelto tan agresivas
las feministas como intolerantes son esos de Alcaida que pretenden quemar el
planeta Corán en mano. Todo es cuestión de modas, pero de gustibus non
disputandum est. Por mí como si quieren ir las tetas al aire el tete y lo
otro inducidas por este destape furioso del hedonismo que nos cerca por todas
las partes pero que luego no se quejen si las violan. La provocación es una
forma de violencia comentan los juristas y si no hay ocasión al pecado se le
cierra la puerta, añaden los moralistas. Tanto el destape occidental como el
recato oriental son dos formas de reivindicación autoritaria contra el machismo
-Pero
qué dice usted don Verumtamen alma de cántaro. Eso ya no es pecado.
-Digo
lo que me enseñó mi güela: el hombre es yesca, la mujer estopa viene el diablo
y sopla. Entienda a los musulmanes. El recato me parece más atractivo y femenil
que el descoco.
-Será
porque tiene algo de moro.
-Como
la mayor parte de los españoles. Bastante. Bastante.
-Por
algún lado habrá que empezar el dialogo de civilizaciones.
-Le
veo muy pro ZP últimamente.
-A
lo mejor es que tiene razón. Este encuentro del día de San Andrés entre las dos
cabezas visibles de la Iglesia Estamental sigue las pautas de ese talante del
que hablaba el Presi y del que tanto nos cachondeábamos.
-El
Espíritu sopla donde quiere.
-Bueno.
Vamos a ver. No lancemos las campanas al vuelo. Lo que sea que retiña y el gozo
que suene.
-Pues
me parece de perlas.
27
de noviembre de 2006