Archivo del blog

lunes, 17 de febrero de 2020

     BLAS PIÑAR

Dígalo Blas punto y redondo y caudillo Blas tonto el que más. Segundas partes nunca fueron buenas, aquello ya pasó y de esos polvos estos lodos. Sus seguidores con tanta boina roja y correaje paramilitar no fueron más que unos vividores instalados en sus grandes gestos y cobardías.
Conocí al hombre orador melifluos que a mi me recordaba en su facundia visceral a fray Gerundio de Campazas. Franco sí. Ellos no.
Son los instalados y trincones de todo cambio político Era único y yo fui su caballero andante y su corresponsal por un mundo difícil de la pérfida Albión y la de los Sioux de Norteamerica. Defendí su pabellón. Regresado a España como un soldado de los tercios viejos  deambulando mis mendicidades por los ásperos caminos de mi patria, me encuentro con esta baraúnda de franquistas y de franquistas de salón la pela es la pela, egoístas, cretinos, la degeneración de una España que quiso ser y no fue. Los franquistas me dan arcadas, me dan ganas de ir al vomitorio. Son bilis negra.
Ahora un tal Rafael Nieto el  cantamañanas de la Inter (si vuelve la hoz y el martillo se hará comunista y si dicen que Xto fue una fabula de mentirijillas apostatará, pertenece a la generación del Iglesias para los cuales lo importante es seguir en el machito) se saca una biografía del gran líder, quiso ser caudillo pero se quedó en la mitad de un Fuhrer y nos ha quedado esa comparsa de la Inter de los García Serrano y Peñalosa y Cia siguen meando fuera de tiesto, haciendo la bombilla, dando coba y jabón a los vejestorios ahí hay todo un mercado los pisos de los abueletes. Un pastón.

Son los derechazos de la jarca troglodita, insolente cabal, mostrenca, poco viajada. Se creen el ombligo del mundo. Blas Piñar era un judío que no dio la talla, se quedó a medio gas. Algunos como ese Rafa el de la Inter quieren resucitarlo. Descanse en paz pero yo voy a lo mío. Esta gente me hizo mucho daño. Se presentan como los salvadores de la patria y merecen vivir en una pocilga pues son los hijos del mal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario