DON SEM TOB EL RABINO DE CARRIÓN PROVERBIOS MORALES
Aquella mañana Teigitur diciembre venía frío con las primeras heladas y los árboles despojándose de su librea amarilla. Hojarasca en los parques.
Las estaciones seguían inmutables sus giros planetarios. Nunca se detenían en su marcha impávida ante las alegrías y tristezas, los triunfos, los fracasos, las muertes, los nacimientos, los crímenes, los abortos y las heroicidades de los hombres. Dios o Yahvé o Eloy como quieren que lo llamen los judíos que se sienten traspasados de terror ante su nombre puede que estuviera allá arriba gobernando el empíreo pero callaba. Este mutismo sumía a algunas almas nobles e indagadoras en el paroxismo de la indignación contra el consejo de los rabinos que recomiendan atenerse a la realidad y no querer escudriñar demasiado en los altos misterios del universo. Esto es lo que hoy, chiquitos.
A Teigitur que movido por su curiosidad excelsa buscaba las preguntas sin respuesta esa conseja (la docta ignorancia mirad que siempre se dijo que el conocimiento allega dolor) le sacaba de sus casillas.
Aquella mañana, Teigitur, era el día de santa Bibiana, virgen y mártir vestal del Partenón.
A La cual un esbirro trató de forzar, y ella prefirió morir en el tormento, antes que renegar de Xto. Y perder la castidad.
El viejo, después de decir su misa por el rito latino y de cantar los stagiris y salmos del oficio, estaba de buen humor.
Había encontrado un libro en los altillos de su polvorienta biblioteca escrito por un brillante profesor de la universidad de Pittsburg al que conoció cuando vivía en Nueva York.
Era una introducción a la obra y metodología de Los Proverbios de Don Sem Tob. Aquel poeta de la corte de Alfonso XI autor de aquellos famosos versos:
“No vale el azor menos
por nacer en ruin nido
ni los ejemplos menos
por decirlos un judío”
A Teigitur siempre le intrigó y lo perturbó el tema judío.
No en vano había nacido cerca de los arcos de la Puerta del Socorro segoviano, al pie de las escalerillas de San Roque que llevaban a la judería vieja.
Ahora muchos españoles a compás con el rumbo de los aires que corren en el mundo y sobre todo en España donde impera un orden o régimen político de sesgo sanedrita quieren ver su apellido en la lista de los elegidos. Todos quieren estar los primeros para cuando llegue el día del Juicio
Son de nuevo las conmociones de la lista de Schindler aunque al revés.
El hecho es, que el profesor Shepard daba vigencia a la tesis de don Teigitur y corroboraba: en el siglo XIV ante las grandes convulsiones sociales el ansia de medro y de poder por circunspección o escepticismo, se había producido una conversión en masa de las juderías castellanas y andaluzas.
Tan así es que los conversos se convierten en obispos, cardenales, fundadores de ordenes religiosas, canonjías y ministerios. Sólo un pequeño grupo de un 99 por ciento se acogió al edicto de expulsión de los Reyes Católicos en 1492 aunque siguieran observando la Ley Vieja en sus casas. Se abstenían del jalufo porque Moisés consideraba al cerdo animal inmundo, comían carne trufa esto es sin sangre y para guardar el sabat los viernes preparaban la adafina u olla podrida de la cual deriva el cocido castellano.
Las Raquel y las Ester pasaron a llamarse María, los Emmanuel manolos.
Por apellidos eligieron nombres de plantas Manzano, Parra, Escobar o gentilicios de los pueblos que habitaban como Arévalo, Coca, Cuellar etc.
Sefarad se bautizó en masa.
Ahora (paradojas de la historia) el movimiento es a la inversa. Todos quieren pertenecer, renunciando al catolicismo, al pueblo elegido pues sabido es que gran parte de los conquistadores y colonizadores de la América hispana eran de origen converso.
Buscaban imbuidos del sueño mesiánico la Tierra Prometida, las fuentes de la eterna juventud donde manaba leche y miel.
He aquí uno de los grandes enigmas de la historia castellana.
España no fue nunca un pueblo racista pero sí muy clasista. Tierra de blasones, alcurnias y ringorrango.
Esto dimana tal vez de ese orgullo de la raza israelita de pertenecer a los elegidos. Intelectualmente muy dotados para las matemáticas y ciencias especulativas siempre fueron superiores a los demás.
A estas alturas del partido pavonearse de proceder de la tribu de David o de la pata del Cid.
Cristo contraviniendo el orgullo de los fariseos dijo: “De estas piedras mi Padre puede hacer hijos de Abrahán” como queriendo emitir el mensaje de que todos venimos de Adán y Eva y el hombre creado por Dios no admite distingo entre negros, blancos, amarillos, aceitunos, chino, mongoles, árabes, indios.
Todos somos de la raza humana viviendo en un mundo convulso en el que subyacen múltiples preguntas y pocas respuestas.
El profesor Shepard explica la gran desbandada del judaísmo hispano por un suceso que ocurrió en la villa de Ayllón cuando un rabino que debía de estar mal de la cabeza reunió a su congregación en lo alto de un cerro porque según su creencia aquel día el último día del mes de Tammuz iba a aparecer el Mesías.
Se nublaron los cielos, estalló una gran tormenta y empezaron a llover cruces en la forma de piedras de granizo.
Los hebreos en la Castilla del siglo XIII siempre estuvieron bajo la protección real y había aljamas intocables como las de Villadiego donde podían acogerse a altana los israelitas perseguidos.
No obstante cundían las persecuciones, los oprobios y el desprecio hacia ellos por parte de los cristianos.
Hubo un rabino, Bhaner de Burgos, que renegó de su fe y publicó una serie de libelos contra el Talmud, contra la Guía de Perplejos de Maimonides y el Esplendor de Zohar escrito por Moisés de León en Guadalajara a finales de aquel siglo. Los judíos solían ocupar los puestos claves en la medicina, la cirugía, la botica y en la política.
Son gentes circunspecta, escéptica, sabia, imponderable, siempre cercana al poder. Ello llevó a muchos por conveniencia o por conservar rango vida y haciendas a la pila del bautismo.
Los Proverbios Morales de don Sem Tob habría que considerarlos como un sermón en cuartetas, dirigido a los cristianos intentando deshacer el desafuero causado por Bhaner de Burgos y otros apostatas de la fe.
Son versos cuajados de sabiduría y de ironía que tratan de desmontar la campaña antisemita causada por Bhaner de Burgos y otros intelectuales de su rango que estaban cansados de tanta angustia y persecución como padecían al ser objeto de las calumnias y la envidia de los cristianos.
viernes, 02 de diciembre de 2022