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jueves, 6 de febrero de 2025

 

NICHJEVÓ SEX MEA LEX ET JUX AMATIVIDAD UN GRAN CUENTO RUSO QUE ME ACREDITA COMO UNO DE LOS GRANDES ESCRITORES EN ESPAÑOL NO ME DA PENA EL DECIRLO PERO NO ESCRIBO COMO LOS PENCOS DE HOY SINO AL MODO DOSTOYEVSKY

 NICHEVÓ


Camino de perfección camino de perdición, Vladimir no se creía un vampiro como mandan los cánones pero sucedía a veces que le tentaba el vino y se perdía por las aleas y garitos de Petersburgo donde había nacido y, como se sabe, la grandiosa ciudad de los zares es conocida por las aguas negras de su río mayor, el Neva, que en la época del deshielo o “rasputitsa” ofrece incomparables atardeceres.
Los bloques de hielo navegan aguas abajo con la delicadeza de bailarinas del Gran Ballet sin perder el ritmo ni las zapatillas o como nereidas disfrazadas de témpanos que tientan a los navegantes, convocan a Ulises y sus compañeros a noches de amor vino y rosas.
Cantan con voces enamoradas las canciones del pueblo que Mussorgsky y Rimsky Korsakof y Tchaikosky llevaron a la ópera.
-Ah, marineritos de agua dulce, marineros del amor. Venid acá los náufragos que habéis perdido  el rumbo y navegáis a la deriva a merced de las olas, yo os conortaré y confortaré. En mi puerto no encontrareis escollos ni rocas.
-¿Quién sois?
-Somos las amazonas del Mar del Norte.
-¿Amazonas?
-Sí. Vuestro velero entrará alto de castillos y con mucha obra muerta y viva en la rada de nuestro puerto del amor. Nuestro pantalán es rumbo seguro y a recaudo de galernas.
Y eran verdaderamente amazonas, dijo el capitán de una goleta que pasaba por allí y que estaba versado en mitología. Las amazonas mutilan uno de sus dos pechos para así mejor manejar el arco de los engaños.
-Pero estas son sirenas.
-Lo mismo da. No hacerles caso, les decía el diacono Pantalimón, un peregrino de barbas hirsutas que venía desde Kaluga con su capa y su bordón. Iba camino de Tierra Santa. Él era también un peregrino del amor (strañik) con su calabaza (tibka) y su bordón (posoj) y su esclavina (pelerina).
-¿Adónde va el páter?
-A Tierra Bendita pero haré alto en el camino y posaré en San Sergio de Radonezh. Lo que me quede de vida los pasaré visitando reliquias. ¿Y no cansas, padrecito, de tanto osario, tanto santuario y funeral?
-Todos somos peregrinos del amor y de la muerte. La vida es ruta y caminar, hijo mío. Buscando nuestra vida, yendo al encuentro de nuestro azar.
Y se quejaba de que las voces de aquellas mujeres endemoniadas no le permitirían alcanzar su objetivo: Jerusalén. Había que renunciar a las mujeres al vino y al placer para llegar allí pero del dicho al hecho va un trecho. El camino del infierno está sembrado de flores y de suaves aleas cuesta abajo mientras el del cielo sube una pendiente escarpada de abrojos.
Todas las primaveras acudían a la cita –la vie en rose- cantando alguna cancioncilla cabaretera en boca del Ruiseñor de Aviñon. San Petersburgo siempre habló francés. Es lo más elegante. Y se seguía la etiqueta de los salones. Incluso en los tiempos proletarios la vieja ciudad imperial conservó un aire touch of class. Muchas mujeres se sentían heroínas de las obras de Pushkin y Gogol pero de entre todas ellas la más dramáticamente enamoradizas y soñadoras eran las bibliotecarias. El comercio con los libros les aleja de la vida real y de la carne repugnante; luego en la cama resultaban las más viciosas. Como aquella Irina que un día vino a verle al archivo y le amenazó con quitarse la vida si no la hacía el amor.
-Pero ¿Dónde aquí con los usuarios como testigos de vista?
-Estás tú loca, chica.
-Pues en el limbo en el cuarto de calderas. En el garaje. Donde sea. Lo quiero ahora. Dámelo.
-Aquí te pillo y aquí te mato. ¿Eres de aquí o has venido a la función ¿ Tú qué te habrás creído?
Le había confesado desde que una vez la besó violentamente en su cuello blanco de cisne su inclinación por los vampiros.
-Es que los murciélagos cuanto más me muerden más me excitan.
-¡Qué pájaros más repugnantes!
Y no supo cómo quitársela de encima. Era insaciable. Lo quería día y noche y su machaconería llegó a causarle hastío. Era una obsesa sexual.
Así Vlad escuchaba sus voces halagadoras y tentadoras y sus buenos propósitos de la enmienda de llevar una vida cenobítica de cortarse la mano igual que el padre Sergio aquel personaje del cuento de Tolstoi se iban a pique lo mismo que los lingotes de oro blanco que escupía el Neva sobre las riberas del Mar Báltico y como otro fantasma aparecía de pronto en sus aposentos la bibliotecaria que padecía furores uterinos. Nichevo. Nada importa. Todo es frágil, pasajero, quebradizo, como una rama de abedul que se pisa en el bosque, pensó. Las mujeres están tan pegadas a la tierra, son tan maternales y tan del barro que no suelen entender grandes cosas de poesía. Siempre serán las engorrosas codornices que nunca alcanzarán el vuelo del águila. Era hermoso aquel espectáculo de ver derretirse la nieve que llega de la estepa por el río madre y desaparecer en los abismos junto con las sirenas cantadoras que se peinaban sus cabellos dorados en el pantalán cerca de los muros del Almirantazgo y con una perezosa sensualidad mostraban sus escamas de pez de cintura para abajo. De cintura para arriba estaban los senos exuberantes las miradas de color azul embaucadora. Pero ya digo mostraban un solo seno. El otro se lo habían trucidado como las enfermas de cáncer de mamá. Las chicas son guerreras y mutiladas de una de las glándulas mamarias serían capaces de manejar mejor la honda y las flechas de su aljaba.
Algunas de ellas cabalgaban llevando a Cupido a la grupa como un tótem. Eran más hermosas aun que las muchachas de Petrogrado. Él las contemplaba desde el pretil del puente de los Suicidas por donde pensó una vez cometer una tontería el bueno de Dostoyevsky aunque no era una tontería. Era simplemente un ataque epiléptico. Él creció en un barrio de grandes bloques de apartamentos y estuvo en la marina soviética.
Luego cuando vino la perestroika le dieron la absoluta y le destinaron a Moscú a un ministerio pero siempre le tiraba la mar y la sonrisa de las rusalcas de su ciudad natal. Se había casado tres veces pero incapaz de convivir con una mujer había decidido alquilar un cuarto de soltero.
Tenía un viejo Lada que él mismo cambiaba el aceite. El filtro de aire, el anticongelante. El viejo cacharro no es que fuera un alarde del lujo ni la carrocería de los automóviles occidentales. Pero era fuerte y consistente y como dicen los ingleses “reliable” (de confianza).
Los fines de semana él los utilizaba para hacer sus excursiones sentimentales. Al campo. A los almiares en cuya paja amontonada era dulce y prieto amar a campesinas candorosas que se entregaban por unos pocos rublos. Luego cuando se fue haciendo viejo y su atractivo físico declinaba lo mismo que su amatividad con todas las complicaciones físico-químico-psíquicas del deseo pues el sexo es cuestión de piel hubo de proceder a remedios más caseros y expeditivos. El viejo don Juan, harto de la bibliotecaria y como se lo había zampado un archivo donde enterró sus sueños de gloria literaria, caduco y decrepito era un regular cliente de la multitud de garitos y bares de carretera que circunvalaban la capital rusa como un anillo de pecado o cinturón rojo.
Este detalle no dejaba de tener cierta sorna diabólica porque en la edad media no eran monasterios en lugar de burdeles los que rodeaban la curva de ballesra que traza el río Moscovia al abrazar al Kremlin. Un círculo de pecado. Lupanares en los que los camioneros que habían conducido el día y la noche paraban a repostar gasolina y recargar la batería. Las cantoneras les hacían un lavado de bajos y luego se ponían el schliapa o gorro de castor encendían un papirosi[1] y tira millas. El sexo tenía siempre un olor a pescado que enervaba el olfato.
María Antonieta se echaba agua de colonia en el coño y conoció la maldición de los dioses del amor acabando en la guillotina. Los viejos valores de sociedad socialistas habían sido reemplazados por otros sustitutos como el lujo las prostitutas de alto vuelo, los restoranes a mil dólares el cubierto puesto que se pagaba en divisas al fin y al cabo dinero negro.
Grandes hoteles y centros comerciales alzaban sus paneles de formica o de cemento al lado de las viejas miserables. Pero que se la va a hacer. Era el signo de los nuevos tiempos. Los capitalistas habían descubierto Eldorado y los magnates del petróleo habían encontrado una mina. Vengan chicas y más chicas al salón uzbecas de las ojos amohinados, esbeltas valkirias letonas, nubias y etíopes como gacelas, nigerianas que traían el sida y el calor de África y que escupían hasta tres veces después de hacer un servicio, rumanas de talle de avispa, búlgaras y checas de  senos profundos que venían a hacer las rusias como sus abuelas se fueron a hacer las américas.
Esclavas sexuales del tercer mundo que llegaban en hordas desbordadas por el engaño de viva el lujo y quien lo trujo. El amor en los tiempos de cólera. García Márquez sabía lo que se decía. Nadie puede poner puertas al campo. Sexo y poder son hoy por hoy moneda de cambio.
En los lupanares de carretera había muchos espejos, cámaras en cada rincón y hombres taciturnos que se entregaban a la contemplación de sus consumiciones como si en el culo del vaso bajo el hielo que le acababa de servir el camarero se encontrase Hamlet haciendo la eterna pregunta:
To be or not to be.
- That is the question
.
Entró en uno que se encontraba en las proximidades de Zagorsk la ciudad sagrada sufragánea de Novgorod la de las cien cúpulas pero ya muchos de sus compatriotas habían perdido algo del temor de dios y se entregaban a los juegos prohibidos de vino mujeres y naipes y ya no cultivaban en los invernaderos solemnes las rosas de Jericó.
Era consciente Vlad (Blas en español) de que estamos a merced de todos los vientos traídos y llevado por la amatividad capciosa y el deseo animal que disfrazamos de poesía. Amatividad. Esa función miembro o célula que los clínicos sitúan en el cerebelo donde el PG se sitúa. El pasaporte del éxtasis. Por ahí anda poco más o menos la terminal de los besos en el baño turco. Putas y más putas. Izas y rabizas. ¿Han llegado irlandesas? ¿Hay vida después del deseo? La receta es:
-Sex. Sex. 
My rex. My lex
-Nurse, I feel worse.
-Who is next?
La madame apuntaba nuestros nombres en un papel y temblaban dentro del mismo al rilarle el pulso igual que cuando un carcelero convoca a los condenados a muerte. De pronto de entraba un hormiguillo por la nuca bajándole hasta la rabadilla y hasta las piernas. Las células madres iban proclamando: “ sex, sex, my lex, my rex” y en tales palabras estaba encerrado el código de valores de la sociedad moderna. No había vuelta de hoja y, entre tanto, un raudal caliente se precipitaba por el arroyo de la sangre. La fronda del Moscova mecía entre sus brazos las cimas de los pinos. Iba a entrar en el templo cubierto en el manto de silencio de Volutia. Todo en aquel instante era voluptuoso e irreal. La gran sacerdotisa iba a persignar tu frente con la cruz de la ceniza. Las piernas regordetas y ardientes de un moreno sahariano ocultando a medias el vello público y aquella muchacha lo que tenía era una breña montaraz y se lo había teñido de almagre según la moda (otras se lo depilaban y eran sus partes cabales de mortal y rosa).
Ella lo esperaba como una odalisca entre almohadones. Todo pasó muy rápido. Fue visto y no visto y se desarrolló de una manera mecánica y funcional. La muchacha trajo una jofaina y le cuidó con cuidado. Aquel frotamiento le daba un placer hasta entonces desconocido. Después se puso las manos a los cuadriles y le ordenó que la poseyera girados los dos sobre el diván y lo que aconteció después todo fue frotamiento. Se vinieron abajo todos los andamiajes de los sistemas políticos, las sutilezas escolásticas, los buenos consejos. Todo se desplomó y era como si hubiera de nuevo nacido. Al final ella sonrió con sensualidad y tan sólo dijo una palabra:
-Nichevó. No pasa nada. Nada tiene importancia
Y estiró sus brazos como si fuesen un arco triunfal, tomó un cigarrillo y lo encendió. Ven cuando quieras. Para ser primerizo no lo haces demasiado mal. Tienes una verija de conquistador de las indias occidentales. La madame desde el salón voceaba el nombre del próximo cliente.
Era morena de carnes el culo respingo y los pechos prietos duros y esponjosos como duraznos las piernas eran fuertes de acero y sus areolas rotundas y en erección recordaban dos manchas circulares de café con leche. Morena la llamaban pero blanca debió de nacer lo mismo que las hijas del rey Salomón. Lex, rex, iudex, codex index, iux el derecho y la ley del más fuerte que otorga Roma a sus elegidos.
Siempre tendrás en la memoria aquella primera vez y revolviendo dentro del escriño de tus recuerdos podrás darte cuenta que aquello no tenía importancia. Era simplemente una función biológica casi coprológica relacionado más con la función excretoria de los esfínteres que con la noble víscera que denominamos corazón. Es como cambiarle el agua al canario o en la milicia deshollinar el mosquetón. Meter el pájaro en la jaula. Darle cuerda al reloj.
De ahí que las meretrices de mi querida ciudad al terminar un servicio exclamasen con desabrimiento nítido: “nichevó”. El hombre es hijo por tanto del pecado y del azar. Et in iniquitate concepit me mater mea, decía Job. Llevamos en nuestra estructura el polvo del camino.
Abandoné aquel sector detrás del grupo de casuchas que se amontonan alrededor de la impresionante catedral de San Isaac donde recibí el sacramento del sexo y la literatura y entre en comunión con la novelística de Dostoievski que siempre dio al amor un tenor literario y de lo que es pura fisiología hizo psicología y obra de arte.
Las casuchas siguen ahí desconchadas acusando el paso del tiempo y muestran seguramente la huella de las pisadas por donde se perdió Raskolnikov, lóbregas escaleras, patios de luces y olor a berzas que proviene de los cuartos nauseabundos. En el recuerdo, mi primera odalisca me sonríe con congoja y dice Nichevó. Era una samaritana en toda la regla y menos puta que la bibliotecaria que se entregaba por vicio nunca por amor. Había luna. Esas lunas de enero que meten un brillo frío de la muerte entre los huesos.
Me calé mi schliapa (sombrero) y seguí caminando por la ciudad dormida sin rumbo fijo. Los perros se habían vuelto locos ladrando a la luna. Por las aleas de la Perspectiva Nevski había fantasmas acodándose, suicidas, sobre el pretil de los malecones. Mirando para las aguas negras del Neva vertiginosas e infernales con ese hechizo de los cuentos de hadas y cantos de nereidas. Nichevó. No pasa nada. Mañana amanecerá. Será mi primer día tras mi primera noche. Eros y Tanatos se amaban con furor sobre la barandilla del río deshelándose. Sólo el Neva. Heraldo de Neptuno era testigo. Había en la ciudad un silencio embriagador litúrgico propia del templo de Volutia y las esferas hacían música jugando con las estrellas en lo alto de la creación. Se escuchaban los coros de la gran Pascua rusa

martes, 4 de febrero de 2025

  LA CIGÜEÑA, SAN BLAS, SANTA ÁGUEDA Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

San Blas (la cigüeña verás) y mañana santa Águeda vino la cigüeña machaca el ajo en lo alto de los campanarios pero yo no la he visto tan ostentosa y limpia en la torre durmiendo a la pata coja. Debe de ser cosa del cambio climático.

Resuena, a todo esto, en mi memoria junto al frufrú de los manteos sacados del arca para honra de santa Águeda un viejo canto de corro que de los niños de la escuela en Valdesoto:

Cigüeña malagueña

La casa se te quema

Los hijos se te van

A Pecharromán

Escríbeles una carta

Que ya volverán

Asimismo he sentido esta mañana piar a una golondrina en mi alero. Y me acuerdo de aquellos versos de Bécquer tan melancólicos “Volverán las oscuras golondrinas” Su canto fue siempre aquí nuncio de primavera junto al primer brote de los almendros que no son veceros

Y quedarán sus flores yertas por las heladas de marzo. Es la clarividencia de las estaciones. Dios quiera que la naturaleza imponga sus reglas y deje con el culo al aire a los catastrofistas del cambio climático.

Recuerdo un titular del New York Post cuando yo andaba por la ciudad de los rascacielos y todo el mundo vivía, como ahora, preocupado porque no llovía. Cayó entonces una gran nevada y el titular del Post  sentenciaba inexorable su veredicto “Mother nature rules”. Todo un bodocazo contra los demiurgos del juicio final. Alabado sea Dios 

domingo, 2 de febrero de 2025

 

as fiestas de la candelario o presentción en el templo con dos pichones paras ofrecer fiesta de postin en castilla la vieja

 


Hoy las candelas remedo de las fiestas judías del purim en la parte de Segovia do nací. Me veo de niño llevando la vela acompañan do a mi tía Paulina a la iglesia que acababa de tener un niño.

El cura don Frutos acetre en mano daba el asperges por todo el templo aldeano. Caía sobre nuestros rostros y cabezas lluvia de agua bendita.

Falta nos hace para limpiar las huellas del diablo inmundo, la roña en los calcaños, los estigmas del rencor y lo que llamábamos actos impuros léase hacerse pajas o masturbarse con furor como lo hacen esas ninfómanas de la red.

Don Frutos que era un poco bruto pero muy rural y se subía la sotana hasta la cintura cuando ascendía en bicicleta la Cuesta de los carros avanzando que perdía el bofe para sacramentar a los de Tejares el pueblo anejo que eran más brutos que nosotros los de Valdesoto.

A don Frutos le asomaban  los pantalones remendados por la culera bajo el triste traje talar.

No decía caguen dios el juramento lo sustituía por cachis diez, pero aquel día de las Candelas estaba de buen talante.

El coro entonaba los cantos ancestrales de la Parida y él responseaba a sus anchas junto a los hacheros donde de culo se sentaban las viejas la cara cubierta con el almófar morisco y todas de negro, muchas sin diente bisbiseando avemarías.

Yo sostenía el cirio enhiesto a la vera de mi tía Paulina la presentada.

La iglesia estaba llena de luz y la imagen de la Virgen de Rehoyo resplandecía de luz celeste.

 Don Frutos no se cagaba en dios, lo sustituía por un mecachis diez  (únicamente se cagaba en los huevos del gran cabrón cuando se enfurecía) que no era pecado mortal sino venial  exclamarlo y al llegar a la sacristía sobre los cajones contábamos las perras gordas, las monedas taladradas de dos realines, y tal vez alguna peseta, difícilmente, que habían echado las viejas durante el responso.

Aquel día para este acólito que quería ser cura pero que acabó en escritor era un día grande de bolear las campanas.

Don Frutos algo tacaño echaba mano a la bolsa y decía ten.

Y me daba una perra chica.  Suma importante por aquellos días. Salía disparado del templo y me acercaba a la tienda de la Pilar. Una sarta de garrapiñadas de Alcalá costaban una perra chica.

 Y yo tan contento porque de menos nos hizo Dios.

Entonces yo no Sabía lo que era el dinero ni comprendía por qué no se puede vivir sin trabajar pero el Señor bendito de la mano de la Virgen María me llevó por andurriales insospechados sacándome de atascos.

Y ahora digan ustedes la confesión general que así se llamaba la oración con la cual concluía la misa de las Candelas cuando las mujeres de toda España habían de presentarse al cura para que las limpiase de toda macula.

domingo, 2 de febrero de 2025

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DIA DE LA CANDELARIA EN ARANDA DE DUERO BELLISIMO PORTAL DE LA IGLESIA DE SANTA MARIA

 




















martes, 28 de enero de 2025

 

LAS URNAS LAS CARGA EL DIABLO, MISTER

 

No piséis el cable de alta tensión

NI es crija ni verija

Se oculta el engañador

Con la ley del embudo en la mano y una papeleta en la otra

La mansa sonrisa del bobalicón

Elches renegados y traidores

Monedas falsas y chantajes

Abrumado estoy

enciendo mi trubka

La pipa que me ayuda a vivir

Sin sobresalto

Dando pufadas

Me voy al exilio interior

Mandan losa malditos

O jugamos todos o se rompe  la baraja

Estos predicadores del diablo

Son falsa moneda

No atienden a razones

Tertulianos y copleros

Que en las sillas ergonómicas

Se atentan los cojones

Tienen por tema del día: elecciones que son compañones

Pero no os preocupéis

Pronto empezarán a escupir

Su carga mortal las ametralladoras

y ellos se irán al extranjero a vivir de sus millones

¿Qué hará juanita la larga

El coño grande y catalán felpudo negro y rizoso de la gran contumelia?

Rajoy en lo alto la escalera mueve su pala de enterrador de las españas

La señora medio metro se fue al evacuatorio

Gobernar un país es algo más serio que cantar un tema de las oposiciones

Pero a la alcaldesa no le dio tiempo

Tras el retortijón

Se alivió por el camino

Cagandose en los calzones

Mal olerán sus bragas con palominos

Como estas infames elecciones

JOTA SENDER Y SU ODIO A LOS BORBONES

Posted: 22 Dec 2017 03:49 PM PST


J SENDER: "ALFONSO XIII ERA UN CENIZO COMO TODOS LOS BORBONES"



SENDER CONTRA LA GAFANCIA DE LOS BORBONES

El trece mal número fatídico que cuadraba a un rey de ojos inexpresivos y mirada vacía un rey "esparrancao" aficionado al porno duro (queda por ahí alguna pelicula años veinte cine mudo en la cual participó como protagonista) al decimotercero de los Alfonsos se deben los veinte mil muertos de Annual y los doce mil de Monte Arruit, segun declara Sender en sus confesiones. Sangre española. El 13 mal numero. Enfrentado al peligro, no arrostró su obligación como hizo el último de los Romanov o su tatarabuelo Luis XVI. Los borbones traen mala suerte. Error imperdonable del dictador al reinsertarlos. Es una monarquía con bicho.


Ramón J. Sender culpa a Franco de haber desaprovechado la ocasión para desterrar a estos dinastas con mal fario y establecer el reino de la justicia social. El tercer tranco de su libro autobiografico "Crónica del Alba" es un canto de amor a España al heroismo de sus pistolos que luchan bajo el mando de una oficialidad en muchos casos corrupta. "Algunos de nuestros jefes y oficiales eran más perniciosas para la patria que el propio Abdelkrim".


Marruecos siempre Marruecos. El Rif misterioso. Pelear contra el moro tuvimos por costumbre, pero el moro es hermano nuestro. Luego serían los soldaditos de la Yehala los que sacarían a Franco las castañas del fuego ayudandole a vencer en la guerra del 36. Una larga historia de amor y desamor, de encuentros y desencuentros. Salam malikum. Y malikum salam.


Cuando aparece en escena el "djin" (Satanás), que malmete, estas relaciones se alborotan. Sender fue como Pedro Antonio de Alarcóncomo Arturo Barea o Ernesto Gimenez Caballero, Mola, Sanjurjo y tantos otros tantos escritores soldado en la guerra de Melilla. Sus páginas están impregnadas de ese sol místico de la Elvira desierta y es lo que significa la palabra elvira en árabe: desierto; su pluma tallada en las arenas del Sahara.


Sopla sobre ellas el "levante" que es una aire que enloquece. Estuvo Ramon J. Sender -cuatro años de mili- destacado en un regimiento de infantería de línea el Ceriñola 42 y, enamorado de una hispano-marroquí, la bella Antonia, vendería panes de munición y cartuchos a los de Abdelkrim. Libró de ser fusilado y condenado a trabajos forzados en el penal del Hacho salió libre tras la amnistía decretada por el general Berenguer.


Una vez excarcelado se dedica a buscar a su bella jarifa por todo el Rif. Vestido de moro con babuchas y chilaba encuentra a su ex en un aduar de la frontera con Argelia. Es una historia apasionante en la cual el escritor aragonés revela sus facultades narrativas y la capacidad para la intriga y el suspense. Vierte el relato en una prosa nada alcorzada ni melindrosa. Es escritura verdad sin impostar la voz ni hacer gorgoritos efectistas al estilo de Baroja o Azorin o de Unamuno del que dice que era un pobre hombre con muy mal oído para el párrafo musical (sus páginas carecen del concento o esa disposición armónica, ese atisbo, que tanto abunda en la obra de Cela o de Valle Inclán. Por cierto, Unamuno no tenía ideas originales, toda su obra la copia de filososfos extranjeros: Hobbes, Nietzache, Holderling. Perez de Ayala le parece al autor aragonés un asturiano insoportable que trufa sus obras de vocablos culteranos para demostrar su ascendiente jesuita curtido en lecturas clásicas.


Solo se libran de sus varapalos Cansinos Assens que era un sefardita gordo y procesional que hablaba todos los idiomas del mundo y traducía a los maestros rusos. Gomez de La Serna le parece un madrileño simpatico y castizo pero algo afrancesado.


Ramon J. Sender se expresa de una forma llama y libre a la manera de como hablaban las gentes de su Calamera natal. Pero tambien incorpora a sus libros el lenguaje del cuartel y la trinchera. La guerra huele a mierda y a listerina, y a desinfectante hieden los cuartos de banderas.


El Bajo Aragón es tierra fronteriza de romis, muladies y aljamiados que revelan una larga convivencia y entendimiento con el Islam. Tierra de hombres cabales con nervios de acero y sangre en las venas. Pero las cosas son como son hasta que dejan de serlo. Y el español ha incorporado a la masa de su sangre virtudes y defectos de su herencia morisca. Por ejemplo, la arrogancia, el valor, la insolaridad peninsular que nos viene de los benimerines.


España sigue siendo un reino de taifas con mucho orgullo local con el riesgo de perder el sentido nacional.


Crónica del Alba es un tour de force narrativo que, en ocasiones, recuerda escenas increibles de aduares y vuelos en alcatifa como en las Mil y una Noches; otras, plantea escena las princesas jarifas del Romancero que regresan a la grupa del caballero don Bueso de tierra de moros y que son en realidad cristianas cautivas. Buen pueblo pero mala gente. Regido por políticos indotados y monarcas cenizos. !Dios, qué buen vasallo si hubiese buen señor!


Los siete trancos de esta extensa novela autobiográfica son siete arracadas o perlas colgantes que se exhiben como el Tesoro visigótico de la cruz de Guarrazar, muestran a un escritor-verdad, que trata de interpretar la vida española en el tiempo de la republica y los años previos a la guerra civil.


Sopló un levante de locura cainita y vinieron las gumias. El gemido de las parcas llenó el país de cantos lugubres. La catástrofe se pudo evitar si no hubieran tenido tanta fuerza los masones y los poderes en la sombra no le hubieran apretado las clavijas a los militares sublevados y el Faenas viscoso y verrugo (así llama a don Manuel Azaña) no hubiera sido tan malvado, o se hubiera dado a la fuga el monarca.


El conde Romanones bajó a despedirle a la estación de Torrelodones. Alfonso XIII abdicó. España, ahí te quedas. No se fue el caimán por la barandilla, que se fue por Cartagena.


El pueblo asistió ignorante a aquella hecatombe y tomó las armas del bando en que se encontraba cuando estalló el Movimiento. Algunos como el propio autor se pasaron del bando nacional al republicano porque sus ideas se inclinaban hacia el progreso, la democracia y la libertad. El regimen del 14 de abril del 31, lo dice con todo su dolor Sender, fue un sistema político que malparió. Pronto vinieron los desengaños. Esto no furrula.


La republica a juicio del ex soldado aragonés que al llegar a Madrid se hizo periodista cometió el error de trocar la enseña roja y gualda [cierto que una bandera no es más que un trapo pero por defenderla y honrarla habían muerto tantos] por el carmesí. El color morado es el de los borbones y da mala suerte. El error lo han vuelto a cometer los de Podemos. Impolitica medida del Faenas Verrugado fue también la orden de quemar conventos.


El moradillo es tintura del hematoma y de la sangre coagulada. Anticipaba la degollina. El Viscoso era un "bassani" (hijo de mala madre) para los moros que cruzaron el Estrecho. Además era un cobarde, aunque buen orador.


El amarillo sin embargo es color limpio de los campos de España donde el trigo de los espacios de la tierra de pan llevar contrae matrimonio con el rojo de la amapola. Se fundian así la pasión y la contemplación. Dos cromatismos fervientes que no había por qué cambiarles por el cárdeno de Villalar, que es color de la derrota.


Luego, aquello sería un desbarajuste. España abrió la puerta a todo el lumpen de Europa y de Estados Unidos. Los de las brigadas Inernacionales tenían la idea de que se alistaban con el bando de la Republica en favor de unas vacaciones pagadas. Cuando se dieron cuenta de que la cosa y que se derramaba mucha sangre en el campo de batalla pues aquyella guerra nunca fue un paseo militar, iba en serio regresaron a sus casas. Españoles ahí os quedais.


Todas estas ideas anarquistas del escritor nacido en las riberas del Cinca y para libre Aragón ya lo dijo Baltasar Gracián volvieron a Sender sospechoso tanto a ojos de los azules como de los rojos. Barruntaban que fuera un doble agente. En Burgos y en Calamera estuvo a punto de ir al paredón. Salvaría la piel mediante ardides y subterfugios, sin que ello le librase más tarde de las penalidades del campo de concentración francés y de la hégira primero a Mexico y despues a USA.


Su obra está plagada de aforismos y de reflexiones filosoficas fruto de su conocimiento de las lenguas clásicas y de la mitologia indoeuropea. Así escribe, verbigracia, que el Nuevo Testamento se encuentra trufado de contradicciones. Sin embargo, en abono de su divinidad declara que la narración de la Pasión del Señor, según los Evangelios Sinópticos, es el texto más maravilloso que haya podido salir de de la pluma de un hombre a lo largo de todos los tiempos. Con toda seguridad fue inspirado por Dios.


Le gusta san Agustin porque le parece el autor más humano de toda la patristica y admira a Teresa de Jesus en su casticismo del espiritu castellano más realista, cuando conversando en tiempos de soledad y de sequedad, con Jesus se queja al Amado de sus dolencias espirituales y carnales:


- "No me extraña, Señor, que tengas tan pocos amigos a juzgar por lo mal que los tratas",


Sostiene que el cristianismo y el budismo con sus postulados de dulzura quietud y amor para con los enemigos son dos formularios de caracter femenino:(el yin de los chinos). Sin embargo, el Islam - el yen- es una religión viril al igual que la Ley Mosaica.


Ambas religiones presentan a un dios tronitonante que no se humana, oculto en la montaña del Sinai o la piedra de la Caba. Stalin y Hitler, por ese mismo renglón, son deidades másculas que pertenecen al linaje de Maquiavelo. Nietzsche y Siva. Así habló Zaratrusta.


Platón y Socrates honran como princiio religioso a la filosofía de la razón. Espinoza quel converso al que expulsaron de la sinagoga de de Amsterdam pulía el diamante mientras presenta para la historia un sistema envenenado de divinidad. Es el panteismo como venero del que todas las fuentes del pensamiento brotan. Fe es creer lo que no vimos dice el P. Astete . Ahi me las den todas.


A Dios nunca lo vimos pero ejerce el oficio de guardabarreras del mundo. Un oficio en el cual en verano te escaldas en invierno te arrices y siempre te jodes. Hay que seguir buscando.


Los libros de este autor aragonés es un monumento a la hispanidad desde el espiritu libertario y anarquista total. Deberían ser preceptivos en los escuelas de la nación para que lo jovenes supieran verdaderamente qué es lo que pasó por qué pasó y cómo pasó.


La historia de España no es un cursi serial de "Cuentame" ni de "Aguila Roja". Es mucho más. Mientras no salgamos de ese circulo vicioso y expurguemos nuestras conciencias, España, acervo de las tres religiones, seguirá siendo un pais maldito malmetido por politicos trincones y periodistas buscones siempre de tertulia en alarde del pose y nadando estilo mariposa.

RASDEÑIE

Posted: 22 Dec 2017 08:04 AM PST


NOCHEBUENA ORTODOXA. GOGOL

 

Fiestas del solsticio invernal, el diablo anda suelto por el mundo, misterio irrefutable de las Doce Noches para contrarrestar las actividades del Maligno (horrible atentado en Istambol, pero el Negro zumbón ya se lo había advertido a Putin, cayó ¿derribado? Un avión ruso, asesinan por la espalda al embajador de Putin en Constantinopla… se va el Negro Zumbón con las manos cuajadas de sangre, en USA cunden las sectas satánicas y adoran a Baco a Venus y a Moloch en una navidades convertidas en consumismo y bacanales).

Entretanto, y me lamo mis heridas con la pomada de la literatura, releo la “Nochebuena”, un maravilloso cuento de Nicolás Gogol que es un acicate a la esperanza con un mensaje implícito: el mal será vencido y después de todo huirá al infierno con el rabo entre las piernas. Eterno mensaje. Eso sí “no somos monjes, nos atrae lo prohibido”alega uno de los cosacos.

Hay un cierto número de los nuestros que tienen mujeres pero no viven con ellas. Unos las tienen en Ucrania, otros en Polonia y algunos hasta en Turquía”. En el parlamento del cosaco a su “zaparogo” (jefe de la centuria o sentnia) se advierte que en medio de las tinieblas luce el resplandor de Cristo que nació para salvar a los hombres”.

El autor de “Almas muertas” utiliza el sarcasmo como un látigo y estallan a través de este cuento mágico los chasquidos de la tralla (knyt). Así es como hay que escribir, perfilándonos sobre el filo de la navaja.

Gogol en este tour de force literario quiere hacer un homenaje a Dikanka en la región de Poltava la aldea en que nació a orillas del Dnieper en la zona oriental del país. Era ucraniano pero escribía en ruso. Nikolai Vasilievich Gogol 1809-1852 pasó la mayor parte de su vida en Petrogrado. Era funcionario, recaudador del fisco o alcabalero, igual que Cervantes.  Tenía por misión visitar las propiedades de la nobleza antes de la manumisión de los esclavos para postular para el fisco y este empleo le sirvió de comodín para escribir una de las obras cumbres de la literatura universal (Miorti Dushi) traducida mal al castellano porque los señores debían pagar contribución por los siervos ya fallecidos. Debía de haberse titulado “Bienes mostrencos”.

Resulta que aquellas vísperas de la Navidad el diablo robó la luna y el mundo quedó a oscuras. En un pueblo de la Ucrania profunda había un herrero y pintor de íconos que se enamoró de una muchacha que era hija de una bruja. Ronda su puerta canta villancicos bajo su ventana pero Oksana, que así se llama la moza lo desdeña, pues su adorador le parecía muy bruto.  

Vakula, el hombre, no se da por vencido y, puesto que Oksana no tenía zapatos para acudir a una fiesta, ella le promete su amor a cambio de un imposible:

—Me casaré contigo si me traes los zapatitos de la zarina

Como el amor es ciego, el mozo acude entonces al diablo y realiza entonces un pacto con el maligno

   —Si tú me entregas el alma, yo conseguiré lo que me pides— contesta el Pateta.

Firmaron un acuerdo y en la aldea, mientras los cosacos tomaban el tradicional plato de Nochebuena “borsh” (sopa de coles) y bailaban “kolioadki” (cantos de villano) a compás de la balalaica y arrastraban por la nieve sus pesados capotes, bebían vodka y fumaban sus pipas, Satanás, tomando al herrero por los cabellos, lo transportó por los aires hasta la corte imperial donde el canciller Potemkin consiguió para él una audiencia con la reina.

Ésta escuchó conmovida la historia del pobre mujik que se moría de amor y accedió a sus deseos regalándole los ansiados zapatos de oro y cristal. A su vez, en el humilde lugar de Dikanka ocurren cosas: el diacono, sin que lo sepa su mujer, acude a visitar a Saloja otra belleza local “amiga de hacer socorros como la Doloresen Calatayud”…

—Por favor, virtuosa Saloja, dame una copita de aguardiente—, dice el clérigo, pero estando en estas razones llaman a la puerta.

—Ay, madre quien será… a lo mejor es mi marido, escóndete dentro de ese saco.

Pero no era el marido, que también andaba de parranda, sino el mismismo alcalde de la localidad… Más aldabonazos se oyen…

Esta vez quien pica a la puerta es el cosaco Chub, el cual, habiendo perdido el rumbo, pedía hospitalidad pues hacía una noche de perros y zumbaba la borrasca.

Decide la incomparable dama introducirlo en la leñera dentro de un saco de carbón.

La situación y los malentendidos y disparates se repiten con otros personajes.

Gogol desenvaina su fusta de la sátira al objeto de criticar a golpes de humor las costumbres de la Rusia zarista.

Por el pueblo resuenan mientras tanto los cantos de la Navidad, doblan a gloria las campanas y el diablo regresa de la ciudad imperial con el herrero en volandas, que venía eufórico con los zapatos de la zarina en el zurrón.

La trama se complica con lances increíbles porque la “Nochebuena” de Gogol es un cuento de hadas que recuerda ciertas leyendas de la tradición oral indoeuropea, cuando el diablo, después de andar libre por el mundo haciendo de las suyas, es derrotado: la Bella Durmientela Zapateraprodigiosa (comedia de Lope) la Moza del Cántaro, el Ama del Cura que consigue que Satanás construyera el acueducto de Segovia en una noche, tras convenir con él que, a cambio de llevarle el agua a la puerta de casa, ella le entregaría su alma, sin poderlo acabar del todo porque al amanecer le faltaba por concluir un arco.

Y otras muchas leyendas que, lucubrado, entre ellos Shakespeare, con el misterio de las Doce Noches, bajo el gobierno de Saturno el dios oscuro en cuyo honor celebraban los romanos las saturnales, abordan este enigma. Tiempos de tinieblas que concluyen con la llegada del Redentor al mundo.

La ortodoxia rusa celebra la navidad cuando los latinos la Epifanía.

Epifanía quiere decir fulgor, manifestación de Cristo a los hombres.

Esta es la idea motriz que late bajo la capa de la maravillosa historia del cuento de Nikolai Andreivich.

 El autor describe estas situaciones paradójicas con la proverbial agilidad y maestría del alma rusa para contar historias y para combinar lo real con lo mágico.

           Xristós rashdaet obazhaem yevó (El Señor nos ha nacido, vengamos adorarle) — canta triunfal el diacono en la larga misa de la Nochebuena por el rito de san Juan Crisóstomo.

Un grito para conjurar a los espectros. Que baña de alegría a la humanidad.

Por supuesto, el herrero y la hermosa Oksana, después de aceptar el regalo, se casaron, fueron felices, y el enemigo del género humano huyó al infierno despavorido. No le valieron sus mañas.

 

Lunes, 02 de enero de 2017