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jueves, 9 de diciembre de 2021

 Cartas a ILLIBATUS GALLUS IN LUTETIA

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Amice: recibo tu carta cibernética en la tarde lluviosa de la Inmaculada que ya no se celebra con la contundencia de antaño pero yo sigo proclamando y en mis trece aquella secuencia “Beatus venter qui te portavit et ubera quae tu suxisti que gritó aquella mujer del pueblo al ver a Jesús, exaltada de las turbas que seguían al Galileo con un rotundo viva la madre que te parió en latín no sé cuál será la traducción en hebreo. En mi adolescencia eran días entrañables vísperas de navidad por santa Lucía cuando las noches alargan más que los días previos a la navidad.

 Por estas fechas parece que el mundo da vueltas más deprisa. Por eso los romanos que eran sumamente inteligentes para estas cosas de las estaciones y de la fuerza Telúrica que emana de la tierra instituyeron las saturnales las fiestas al dios oscuro el de la boca grande el que abre la puerta de los infiernos deja para a los que arriban embarcados en la barca de Aqueronte en la laguna Estigia los deja caer y no vuelve a abrir la puerta jamás. Es lo que son las navidades un vestigio de aquellos saturnales romanos al dios oscuro al que se trataba de aplacar con luces y sombras.

Tu misiva me complació pues cuentas cosas que me llegan al alma de la mili. Sobre tus tiempos en la IPS en el campamento de Robledo (días atrás subí a este blog cómo han quedado las instalaciones del Cristo del Llano Amarillo que aparece desjarretado, despernado, un brazo colgante de la cruz, y resistente al paso del tiempo, la capilla donde se celebraban misas de campañas comida por las zarzas y el Llano Amarillo antemural  de las estribaciones de Navacerrrada y de Balsain  residencia de verano de Felipe II convertido en un erial.)

 Otrosí, reflejé en fotografías el regimiento de mi padre Medina del Campo el 13 Ligero que llamaban el de los arcabuceros y que operó en Flandes creo que en la batalla de Namur.

 Estos gobiernos y los anteriores fomentaron una política de desarme, vendieron los cuarteles, por ejemplo el mío de Getafe es ahora sede universitaria y el 41 de Artillería fue derruido (palpita en todo esto una saña del vencido que se ha hecho vencedor que no entiendo). 

Pues sí tú alcanzaste los galones de sargento Y YO NO SOY MÁS QUE UN HUMILDE CABO GUARDIA. 

Tejes manejes y comidillas cuarteleras te vedaron la estrella de oficial pero tú para mí eres todo un teniente y yo un cabo puertas, sosrdenes. Esas rencillas de las que me hablas son muy propias de españoles y las hubo también en el ejército.

Aquel ejercito que tú y yo conocimos y estaba dando los últimos aguadillas. Como te digo cumplí yo el servicio militar en el 13 ligero de Getafe.

Fue un regimiento que estuvo con los rojos y eso se notaba en el mando. Mi padre que venía del 41 de Segovia cuando ascendió a teniente notó la diferencia pobrecillo pues la disciplina en Segovia era estricta y en Getafe menudeaba la corrupción.

 Mi padre me hizo cabo y sólo chupé tres o cuatro guardias pues por estudiante estuve rebajado de servicio. Pese a sus mermas ¡qué grande era el ejército español, escuela de hombres honrados! Muchos españoles añoran ahora la mili que era un vínculo de unión entre las distintas regiones de nuestra patria.

Pero acabó con ella Aznar, cuidado, cuidado con ese cabrón, fatua, enano, más feo que Picio, y tan resabiado  hijolagranputa a las órdenes de la masonería y de los norteamericanos.

A mí me gustaba eso de mandar a los soldados las pocas veces que estuve de reten recorrer las garitas y preguntar la contraseña para ver si el centinela se había dormido y el grito de cabo guardia cuando se acercaba alguien a la puerta. Yo me sentía casi un general con mando en plaza como si la suerte de mi patria dependerá de mi, Y METICULOSAMENTE indagaba los pases de pernocta.

Una vez tuve en una imaginaria que vigilar a un capitán que estaba en el cala así llamábamos al calabozo. ¿Qué ha hecho ese, papá? Pregunté a mi difunto padre.

─ Ese es un rojo perdido, Antoñito. Se puso a cantar la jota de la Dolores en medio de un pase revista porque era de Calatayud aragonés y cabezón y decir mueras a Franco menos mal que estaba borracho. Si no, un castillo.

─Jodó petaca

Creo que Manglano se lo llevó y lo ascendió a comandante de Estado Mayor. Todo un personaje aquel Manglano un espía inicuo, hozaba entre la mierda con su belfo de jabalí al igual que el Guti y por cierto Gutiérrez Mellado fue teniente artillero en el Trece Ligero se unió a la República y luego se pasó.

Por lo que pude colegir entonces había dos clases de militares en el ejercito los africanos el ejercito purifica y los de oficinas militares y los del estado mayor con un ojo siempre mirando para el escalafón las dietas, las masitas, los destinos. 

Había militares de vocación mi padre por ejemplo y militares de función, meros funcionarios. Así y todo yo siempre amé al ejército. Con sus virtudes y defectos, sus logros y sus fracasos.

Desde niño viví en casas militares una casitas que construyeron los de Regiones Devastadas con cocina de leña tres habitaciones comedor, un baño lo que era un lujo en aquellos tiempos y un corral con cochiqueray todo para el marrano, gallinero (mi madre las metía el dedo en el culo a las pitas para ver si ponían al día siguiente) . 

Nunca faltaba el chusco que traía papá del cuartel ni las patatas y la leche de mayorías suministrada por el machacante.

El ejército no sólo nos dio de comer, nos instruyó, nos formó, nos aprendió a querer una patria en paz y mejor. 

Al suprimir el ejército y convertirlo en una oenje como quiere Mary Oaks se ha desmedulado la columna vertebral de las Españas.

Me enfureció que Margarita la de los papos caídos ex jueza y funcionaria de postín con todas las oposiciones ganadas Número Uno y que mide poco más de metro y medio y cuando habla con su voz de pito con voz tan poco castrense parece estar comiendo sopas me borrara de la lista de los veteranos juranderos de la bandera en Segovia el día de Santa Bárbara. Pero estamos indefensos y a merced del enemigo.

Bueno, Illibatus Gallus, amice, me despido, recuerdos a la torre Eifel y al niño meón de Bergidium.

Terminaré diciendo que el apodo de ILLIBATUS (quiere decir íntegro insobornable) te cuadra y gallo pues aparte de vivir en la dulce Lutetia eres todo un gallo de pelea. Espero todos tus quiquiriquíes

SALUTEM PLURIMAM

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