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viernes, 17 de marzo de 2023

 

IN ICTU OCULI

 


CRISOPEYA, COPELA. COROZA

 

Gratísimo un consuelo leer a Quevedo y cantar las marzas que son las verdades del barquero porque todo se va y todo vuelve menos la juventud y me esparzo por los remansos del río de la mente donde fluyen las memorias de mi patria. Es prosa maciza llena de ritmos y ecos misteriosos, la verdad católica sobre los novísimos plasmada en lienzo. Es un tema recurrente en la literatura española desde Jorge Manrique, una reflexión sobre la vanidad de las cosas humanas pues la muerte se viene tan callando.

 Segovia dio a luz a la picaresca y yo nací cerca del la puerta del Arco del Socorro donde dieron mulé al padre del Buscón. Hay que arreglar esos peldaños para el próximo que venga… un poco de credo y aviemos, nada de letanías. Morir con humor. Entremos por la puerta ancha que lleva a los Novísimos. Peregrinación de la estantigua allá van sastres, carpinteros, obispos y abades, ninfas del catón, los valientes guerreros, los añafileros del gran torreón.

 La literatura quevedina remeda a un ejercicio de crisopeya donde a la busca de la piedra filosofal se transforma la mierda y lo anodino de la vida misma en oro. En este almirez se machaca el ajo del mortero y aparecen los dueños. Suben al aire las grandes palabras y los eximios conceptos, olvidémonos de la guerra, del sexo. La religión todas son un misterio. Ahí estaban los puteoritas que son herejes veraniscos.

 Para los que la eucaristía se guardaba en un pozo de nieve. Artefio nos dice Quevedo filósofo escribió un tratado hermético en el cual descubre el sentido del canto de las aves. Teofastro y Paracelso indujeron a la humanidad por el camino de las artes mágicas. Pero una advertencia la buena literatura ha de tener parte en el arte de la crisopeya que consiste en transformar en oro los materiales viles. Gocemos pues mirando al cielo porque la muerte aguarda y todos caminamos en dirección al Valle de Difuntos. En la redoma quedamos redomados, nos visitan los clisteres para alivio de estreñidos y el género humano hace chistes sobre la mierda y los pedos. 

Con un inodoro en la frente caminamos por la vida, remedios y cauterios, tientas, quibombos, sondas y sillicos. “Quevedo conocía todos los secretos del lenguaje, sabe germanía como los picaros de Zocodover. Tiene en la memoria todos los refranes de la lengua, todos los modismos” dice Rene Buvier, y Rafael Lapesa: “ los ojos de Quevedo provistos de las lentes crueles del desengaño sorprenden cuando miran para la imagen de la muerte; la vanidad de los esfuerzos humanos le sugieren hondas reflexiones morales y en sus cuadros aparecen el hombre como grotescas siluetas”

 

viernes, 17 de marzo de 2023

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