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domingo, 3 de diciembre de 2023

 SE FUE LA CHICA YEYE

 

Ayer dimos tierra a la chica yeyé una vallisoletana nacida en Larache padre militar brigada de Caballería. Comió los chuscos del cuartel. Las primeras novias, las primeras crueldades, en casa a las diez. En el arma de Caballería los sargentos del regimiento San Quintin que así se llamaba el cuartel de su padre tenían a su disposición machacantes con el gorro o chápiro sujeto con barboquejo contra viento y marea. Asi no se les llevaba el aire. Era el cuerpo más ilustre. Desde que no hay caballería las guerras no merecen la pena, perdieron interés. Minifaldas y muslos a tope. Mostra il cop ma non toto que decía la Lozana andaluza. Su amor por Paco, ay Paco. Vida triste la de las cómicas pero hay que acomodarse al signo de los tiempos. Algunos de nuestros chicos siguen aferrados a la macrobia que es una enfermedad ocular que les hace ver los objetos sobredimensionados. Yo prefiero la macroscópica que es echar un vistazo a lo que acontece. Luego se saca el tuétano del hueso so pena de caer en el vicio de macrología iterativa y prolija dando vueltas y más vueltas a la parva. Concha Velasco comió chuscos del cuartel y se vino a Madrid a hacer carrera. Quería ser artista. Descanse en paz. Muere una época. Fue la chica de la cruz roja. La novia en que soñamos todos cuando éramos estudiantes, cándidos, melifluas, románticos, ilusos, no sabíamos nada de las vueltas y revueltas del cruel vivir. Concha llegó a la cima pero otros y otras quedaron en el camino

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