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domingo, 26 de enero de 2020

Умер протоиерей Всеволод Чаплин

17:50  26 Января 2020
39
Москва
Священник Русской православной церкви, протоиерей Всеволод Чаплин ушел из жизни на 52-м году жизни. Об этом сообщают СМИ. 
Умер протоиерей Всеволод Чаплин
Умер протоиерей Всеволод Чаплин
Обстоятельства и причины смерти пока не уточняются.
Как рассказал прихожанин храма Феодора Студита Александр Петрунько, протоирей скончался возле церкви. Отец Всеволод, по его словам, сидел на лавочке, после чего ему стало плохо, затем он упал. Прибывшая на место скорая констатирована смерть.

viernes, 24 de enero de 2020

EL 1O DE OCTUBRE DELIBES HUBIESE CUMPLIDO CIEN AÑOS




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Centenario de Delibes
Miguel Delibes hubiese cumplido hoy los cien años y yo acabo de poner la palabra fin a mi último libro que se titula “Bajo el yugo judaico. Tente que te unto”. No ganará el Nadal, los libreros no lo admitirán en sus fondos. Toparé con esa estulticia y malquerencia hacia los escritores que nos pone bajo sospecha a los que queremos hacer en España buena literatura y no propaganda fétido/ feminista ni queremos cocer nuestras pobres corambres en los hornos crematorios de Auschwitz, sino dar suelta en nuestras páginas a una realidad; la de las pasiones humanas, la vida que se va, el sufrimiento de los oprimidos. Sí, hombre sí. Delibes fue un señor de Valladolid que hizo la guerra con Franco y trabajó en un periódico independiente ─al “Norte de Castilla el de Leguineche,  Jiménez Lozano, Joaquín Díaz, el de Delibes y aquellos prosistas que estampaban sus prosas en este almanaque pinciano no lo conoce la madre que lo parió son prosas laicas, del contubernio─ e incentivó nuestra vocación (“per ardua ad astra” dijo el de Mantua) cuando ganó el premio Nadal en 1947 con una novela que llevaba un título tan categórico y sugestivo como “La sombra del Ciprés es alargada”. Desde entonces todos quisimos ser Delibes, e imitarle, adquiríamos sus libros con la “huelga” que nos daban nuestra madres los domingos para que fuésemos al baile. Porque algún día seríamos famosos, publicaríamos, nos entrevistarían los diarios de provincias, estaríamos en candelero. Se apagaron las lumbreras y ahora reina la oscuridad entre nosotros. Todos ellos montan guardia en los plúteos polvorientos de mi biblioteca y los releo no sin el entusiasmo de aquel ardor juvenil que me desposó con las letras de molde pero con mucha melancolía. La editorial Destino gloria de los catalanes que iluminó el abigarrado panorama literario en las cinco últimas letras del pasado siglo ya no existe. Cataluña ya no quiere ser española. Obedece al dictado deletéreo de Soros y al más avieso y contumaz sionismo.
Yo me hice amigo del Mochuelo el personaje que retrata el novelista vallisoletano en su novela mayor “El Camino”, espejo de la inocencia y compañero de los pájaros que abandona su valle y se va a estudiar a los frailes. Es un retablo en el que se esculpe el final de una época, de una cultura. Delibes se adelantó a su época rescatando los últimos rescoldos las bellas palabras de una cultura y un idioma que se termina, lo que vino después de aquellas excursiones cinegéticas es la España vacíala gran soledad en medio de su grandeza de Castilla. Él nos sorprendió a todos pues creíamos en esa grandeza y lo que nos describe es una Castilla miserable austera, minada por el escepticismo y la cazurrería, y sin resurrección
Un día desaforadamente tuve la poca perspicacia de criticar el pesimismo de Delibes ante uno de los hombres que más admiro Joaquín Díaz, musicólogo, etnógrafo un verdadero Menéndez Pidal que rescató nuestro viejo folklore para la España de hoy. Ello me valdría una enemistad que he deplorado toda mi vida. Lo que yo quería decir es que Cela me parecía más artista del idioma castellano aunque fuese peor novelista que el autor de “Las Ratas”, “Los Santos Inocentes” y el “Disputado voto del señor Cayo”.

Me mandaron por esta observación al pelotón de los torpes, ne jodieron pa vino, pero tantas letras tiene un sí como un no. Es más y con esto termino: los españoles tienen la obligación de volver a los libros de Cela y Delibes los dos grandes monstruos sagrados de un tiempo que se fue, dos genios que escribieron en los tiempos del franquismo, todo un contraste con la penuria creativa que nos aflige

miércoles, 22 de enero de 2020

el rey se arrodilla ante los enemigos de nuestra patria


FELIPE VI FUE A JERUSALÉN A BESAR EL LÁTIGO

Los sionistas secundan en secreto la secesión catalana. Impulsaron veladamente el movimiento etarra. Esos mil españoles muertos no se cuentan y valen menos que los de Auschwitz por lo visto. Fueron asesinados por la espalda mientras los que perecieron en los campos eran muertos dudosos, perecieron de inanición; en su mayor parte refugiados judíos detenido por los nazis como rehenes, pues culpaban a la banca Rochild y a las multinacionales de la fabricación de las armas Krupp y Thyssen mismamente de haber provocado aquella conflagración que fue el exequitur de la primera gran guerra y de la revolución rusa. Son muertos que se cuentan, y que van a misa pero sin certificado de defunción y que han contribuido a crear el falso mito de los seis millones para purificar la culpa de las masacres comunistas en nuestra guerra civil o los gulags soviéticos.
Franco les dio a los hebreos por compasión humanitaria un salvoconducto y la mayor parte de aquellos que huyeron del Este se encontraban vivitos y coleando en Nueva York y California según pude comprobar durante mi estancia en América.
Propaganda y verdad histórica no fueron casi nunca de la mano. 
He leído con detenimiento el libro descabalgado (contó la verdad de lo que pasó) de mi colega en la prensa del Movimiento Corresponsal en Budapest, Eugenio Suarez, que murió preterido y casi en la indigencia en Piedras Blancas hace seis años, para darme cuenta de que los judíos de Ucrania, Rumania y los Balcanes venían huyendo de los bombardeos de los B52 yanquis que destruyeron Budapest y no había un plan de aniquilar a los judíos o Vernichtung como alegan algunos historiadores parciales, aunque una mentira repetida un millón de veces acaba convirtiéndose en dogma de fe (la idea fue tomada de la propaganda nazi).
Eso por lo visto no se cuenta como tampoco se nos habla del fusilamiento del zar y de su hijo el zarevich asesinado por un comisario, el húngaro Naggy de origen judaico como Soros, sostenido en las piernas de su padre el zar Nicolás II durante la masacre en la tahona de Ipatiev. 
Los miles de españoles que acabaron sus vidas en cualquier cuneta en las sacas y fusilamientos del año 36 también son muertos de tercera, como los diez millones de alemanes y los treinta millones de rusos que perecieron en la guerra patria. Todos ellos no se cuentan, No valen.
Ahora nos quieren vender el mito del Holocausto como una religión que anule la redención cristiana. Apuntando hacia un objetivo diabólico: la destrucción de Europa cuyo mentor es ese nabab húngaro que se llama Jorge Soros.
Él está detrás de la conjura que aupó a Sánchez a la Moncloa.
Felipillo ha ido a Aelia Capitolina ▬así denominaron los romanos a la ciudad santa tras su destrucción por las tropas de Vespasiano, con lo[ap1]  cual  cumplióse el año 69, pues, la profecía de Jesús, ¡ah Jerusalén que matas a tus profetas…mujeres no lloréis por mí llorad por vosotras y por vuestros hijos!▬ a besar el látigo, y prosternarse ante los que lo van a despojar de su cetro y corona. Al monarca le gusta la marcha, puro masoquismo.
 Este joven cargado de medallas que luce en paradas y desfiles pero que nunca estuvo en ninguna guerra me recuerda a Boabdil el Chico. Está metido en las bragas de su mujer, esa asturiana de aldea, un niño bien, un cobarde.
Debe de ser a causa del gafe de los borbones. España se merecería otra cosa

domingo, 19 de enero de 2020

Athos | Feature Documentary

LA ESCUELA DE PERIODISMO OVETENSE Y PÉREZ DE AYALA











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EL GRAN PERIODISMO OVETENSE Y PEREZ DE AYALA

Periodista total, periodista universal, en sus novelas Ramón Pérez de Ayala siempre rinde un tributo a ese cajista anónimo que encajaba tipos de plomo en la galerada, plasmaba titulares, coordinaba líneas, encimaba ladillos durante las noches de vela entre largas parrafadas y copas de coñac. La letra muerta es para Ayala el fulcro de la palanca que mueve el mundo.
Es una epifanía un libro del génesis que se entrega a las multitudes a la hora del desayuno. Define al periodismo como una carrera de obstáculos, sacerdocio redentor de ignorancias, saber de las masas, un trajín de demiurgos, pozo sin fondo, filón que nunca se acaba.
Acaso sea demasiado pedir porque la gacetilla es hoja volandera flor de un día y con poco más de veinticuatro horas de vida y el gacetillero un tipo humilde que convive con el poderoso pero que nunca deja de ser pobre. La gran tragedia del periodismo es enterar en simbiosis con la política.
Esto era así en los tiempos de don Ramón hoy alguno de estos plumillas enchufado a la carroza del poder fulge como un rey Midas de la comunicación. Y hay comunicadores que se creen dioses.
Si en “La Voz a Ti Debida” Pedro Salinas cantó a las veinticuatro redondas blancas, Ramón Pérez de Ayala en "El Sendero andante" prorrumpe en un canto de amor a la linotipia. "El periódico es el cubo de las Danaides, no se acaba nunca". Hay cada mañana cebar a un monstruo insaciable. Ramón Pérez de Ayala fue jurisconsulto, académico de la lengua, embajador en Londres y diplomático de altura, dramaturgo, novelista. Poeta eximio, pero fue, sobre todo, en su primera juventud egregio periodista.
Escribía sueltos y artículos de fondo, gacetillas y pequeños reportajes en el “Imparcial,” crítico de teatro, corresponsal en Londres. El periodismo es la vida que pasa, el río que fluye, el sonido y la furia, espejo del humano existir, y, si se quiere, un despeje plaza porque todos acabamos haciendo mutis por el foro. Los de Oviedo ─Tuero, Clarín, Palacio y Ayala─ crearon escuela en Madrid y hasta puede decirse que en Asturias se descubrió una forma diferente, con más altura, mayor garbo que el de otras provincias, de hacer periodismo. Tuve la suerte de haberme arrimado a esa escuela desde mis años de prácticas en la Escuela (Pérez de las Clotas me publicó mi primer artículo e LNE hace más de medio siglo) Alfonso Cepeda, Arias de Velasco, José Luis Balbín. Manolo Avello, Ladis y su hijo Ladislao Azcona el que fue verdadera punta de lanza con su estilo rompedor de los telediarios. Y en ese demanda seguimos aferrados a ese sueño de que éramos el Cuarto Poder, un sueño que perdimos porque en la actualidad ya no somos un cuarto ni un quinto poder sino la voz de nostramo.
Y a ese poder le conviene que estemos “acoyonados”, con la mosca en la oreja y en casa mientras las gárgolas de la gran sentina─ han muerto las linotipias ya no ruge la marabunta en las redacciones que se han vuelto silenciosas y solmenes, los ordenadores no fuman como fumaban nuestras máquinas de escribir─ profieren crónicas de sucesos: a esta la violaron, a aquel lo mataron, fulano se divorció de zutano, robos, desfalcos, puterío (sensacionalismo amarillista) y en esas estamos a ver con quién se acuestan y con quien se levantan los famosos.
Los medios de comunicación hoy y espero que por revelar una verdad no se nos acuse de conspiranoicos son lacayos de un gran hermano invisible pero con los brazos poderosos y los dedos sutiles y muy largos.
Tuve la suerte de conocer una época gloriosa cuando ser redactor de un diario era ser algo gracias a estos próceres que he mencionado que me dieron cobijo y trabajo. Hoy el periodista se ha vuelto un tipo insignificante, excepto los tertulios, que mandan en página, pero por lo general parecemos personajes salidos de cualquier novela de Kafka
Parece ser que ahora volvemos a las covachuelas decimonónicas y a la frase conminatoria del marqués de Romanones cuando en una rueda de prensa dijo:
─Pasen los periodistas y coman
Humillados y ofendidos, escupidos despreciados o prostituidos (esos de la Cinco que se llaman periodistas no merecen ese nombre su oficio el de la alcahuetería el más viejo del mundo, tampoco formaría tándem con los curas de la Cope y eso que soy católico a machamartillo). Yo no me rindo.
Seguiremos en la demanda, dando palos al gobierno y tumbos por el mundo (lo aprendí de los americanos el deber de un buen profesional es criticar a los gobernantes desde el día en que ganan las elecciones) hasta el momento y hora que nos llamen a entregar la cuchara y rendir cuenta al altísimo.
Entretanto, se me esponja el alma al leer estos epitalamios a una profesión que me dio de comer, ahora tan entredicho y balaqueada.
El periódico es una llama sagrada que ilumina un mundo futuro mejor y en libertad. Y en esa demanda que me enseñaron los de Oviedo perseveraré hasta el final. Gracias, queridos amigos de LNE por publicarme estar cartas que son reseñas o tal vez artículos. Yo ya digo no me rindo.