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miércoles, 21 de abril de 2021

 

GRANDES DIFERENCIAS ENTRAMBOS FLAGELOS EL COVID Y LA PESTE NEGRO. AHORA HAY MASCARILLAS Y MÉDICOS Y ENFERMEROS EN 1348 NO SE ATREVÍAN A TOCAR A LOS APESTADOS

 

LA PESTE NEGRA DE 1348 Y EL COVID DE 2020

 

Gracias a Dios y la intercesión de la Virgen Santísima y de Sta. Teresita de Lisieux de la cual soy devoto salvé de la peste. Vaya ,i agradecimiento a los médicos que me cuidaron en el hospital del Escorial el pasado marzo de 2020 y a las enfermeras emigrantes en su mayor parte. Quedaronme algunas secuelas. Se me cortaba la respiración y tenía como un nudo en la garganta que me costaba expectorar. El remedio empleado para deshacer ese nudo fue (mirabile dictu) que volví a fumar n pipa. El humo del tabaco alivió mis fosas nasales. Creo que soy un hombre nuevo después de tal trance. Vi la muerte de cerca, ─el paciente con el que compartía habitación un hombre joven del Opus que leía "Camino" falleció en siete horas─ encomendé mi alma a Dios aferrado a las cuentas de mi rosario y fuere lo que Dios quisiera. La noche del 19 de marzo fiesta de san José tenía mucha fiebre, uno de los facultativos me administró aneurol, sudé toda la noche hasta empapar la cama y a la mañana siguiente me sentí mejorado. Pronto me dieron de alta. Al abandonar la sala el personal del hospital empezó a aplaudir y yo me sentía como Curro Romero sacado a hombros de la Maestranza en una tarde triunfal.

Ahora estoy leyendo a Bocaccio que escribió el Decameron como "vacuna" psicológica contra los pesares de aquella endemia que en los seis meses que duró de marzo a octubre de 1348 en la patria del Dante acabó con la vida de casi cien mil personas. Hay una gran diferencia entre aquella epidemia local y esta del Covid global. Entonces no había enfermeras heroicas como las que hemos tenido en España. Los enfermos eran abandonados a su suerte. 

Si tenían la suerte de encontrar algún medico este les tomaba el pulso con la cara vuelta a la pared para no recibir el aliento del apestado. Cerraron las posadas, las tabernas y los burdeles. Sólo estaban abiertas las farmacias, las iglesias y las notarías porque los florentinos se agolpaban a la puerta para hacer testamento. "Ninguno afectado por el morbo, dice Giovanni Bocaccio, aguantaba al cuarto día".

 La gente huía al campo para evitar el contagio, algo que se está produciendo actualmente: el personal busca casas en el extrarradio y abandona los cuartos en las ciudades. También subieron los precios de los alimentos y otras utilidades un cincuenta por cien. Se instauró el hambre pero la humanidad salvó y siguió viviendo gracias a Dios.

 La gripe del s. XIV fue difundida por las ratas. Quienes contraían la enfermedad congestionada la sangre adquirían un color negro las venas se apelmazaron y se volvían tierra, los enfermos se quedaban pajaritos en sus moradas y nadie  sabía que murieron hasta que hedían, los vecinos contrataban a unos camilleros con angarillas y echaban el cadáver en la fosa común. Esta de ahora se achaca─peregrina tesis─ al mordisco del murciélago. 

Pero esto tampoco es seguro. Existen muchas opiniones al respecto. La etiología del bacilo está sujeto a especulaciones múltiples de los lemólogos a veces contradictorias y aparte de un flagelo médico ha pasado a ser un problema política que alimenta a los grandes monstruos de la contradicción. Yo que soy católico apostólico y romano con puntas y ribetes de ortodoxia bizantina veo el virus como un aviso de la divinidad instándonos a la conversión. Este es el metanoite de san Pablo, amémonos unos a otros, perdonémonos. Que Cristo está en la historia sin meter mucha bulla lo experimenté en la solicitud y amor con que me atendía aquella enfermerita ecuatoriana gachupichi. Dios se lo premie y mi lema es un anuncio de esperanza y de reportación a mis hermanos. No temáis que Él está ahí aunque su presencia apenas se le nota. "Ne bayotsa" (no temáis) que dicen los rusos.

jueves, 8 de abril de 2021

 

JUDAS ¿HERMANO CARNAL DE JESÚS?


ANTONIO PARRA


Era alto, bien parecido, rubio tirando a rojizo por lo que algunos Padres coligen que Jesús también era rubio por estar emparentado con Judas. Algunos sospechan que pudo ser su hermano carnal para hacer más verosímiles las semblanzas entre Caín y Abel y que lo vendió por envidia. Judas. Jesús. Dos caras de una misma moneda. El haz y el exergo. El bien y el mal puerta por puerta. La histgoriografía moderna, basandose en el estudio del lenguaje arameo, confiere a Judas el título de hermano carnal de Jesús.

-Ahí te esperan tu madre y tus hermanos.

¿Estaba Judas entre ellos? Y hasta han salido fisonomistas y especialistas en prosopografía que afirman que Judas era clavadito a Cristo. ¿Por qué lo vendió entonces en treinta monedas? Por malquerencia. Además la venalidad es una de las flaquezas humanas. ¿Y de ser así la historia dónde colocamos a san José y la Virgen María? La Maquina de la Verdad ni sabe ni contesta. Se limita a decir que aunque la naturaleza es la misma el sistema de valores y el lenguaje del hombre del ayer diferían mucho. El Nuevo Testamento pasa de puntillas sobre estos asuntos claves que a todos los creyentes nos gustaría conocer y habla de una forma rotunda y elocuente pero en elipsis utilizando el símil y la metáfora para colacionar la persona del Salvador con lo dicho por los profetas veterotestamentarios.

Dentro de siete días Martes de Dolores. Su nombre reverdece todas las semanas santas cuando engrandan las encinas, flor parda del camino, ramas de olivo, hay candela encendida en los castaños, que es árbol fiel y medular que acude a todas las convocatorias de España, como aquel que dice. Castaños de indias opositando siempre por las praderas, remolonean un tanto con su savia las acacias que son las más resistentes. Hay quien dicen que el árbol del que se colgó Judas era una acacia pero otros dicen que un espino. Y de cambronera era la corona que le dio tormento. Por eso detallan que benditas zarzas incandescentes desde las cuales habló Dios a Abrahán y permitió que al Salvador lo ciñesen las sienes con pinchos de escaramujo, comúnmente tapaculos, con perdón. Cada especie arbórea reverdece por turno. Abren brecha los almendros. Seguidos de perales y donguindos. Higueras y parras suelen ser los últimos. El mirlo también acude a la cita sonora de los ocasos y la abubilla toca el trombón por la hondonada, y el golorito hace virguerías cantorales por la fronda del espino que el ruiseñor es pájaro fino e invisible pero tan audible que nos enardece con sus filados increíbles. Es primavera, hombre, y va a resucitar Jesucristo.

Sabréis que se acerca la pascua. Dos nombres se barajan ya: Jesús y Judas. Son homófonos y bien parecidos y los dos, sonando a biblia y judaísmo, esparcen por todos los ámbitos el mensaje de la palabra. El bien y el mal frente a frente dispuestos a contender batalla. Un concepto medieval que repugna en parte al hombre moderno que no considera que esta vida sea una lucha entre la luz y la oscuridad. Ahora se suprimen los calificativos de superioridad. Viene la duda y uno se siente más cómodo entre los de igualdad. Se puede ser malo sin llegar a pésimo y bueno sin recabar el grado óptimo. Todo está entreverado. El término medio es ángulo predilecto de la sabiduría. Que no muy aconsejables son los excesos. In between. Comme çi comme ça. Oh Judas yo te perdono por el Manso Cordero al que enviaste al matadero. Entiendo tu lucha trágica, la batalla interior que libraste contigo mismo.

La vida es un drama y comprender es perdonar. Mejor así. Pero acceden las brumas y nieblas de la duda seguida de las carcajadas diabólicas que, resonando en el jardín de atrás, nos advierten de que vana es nuestra fe. Si Él no resucitó esto se queda en agua de borrajas. Bajó a los infiernos y tres días estuvo en la región de los muertos. Y resucitó después en cuerpo glorioso. Pero mirad en el sepulcro sólo queda polvo. Y las vendas de la mortaja. Jesús, manso cordero, que sufrió y padeció bajo el poder romano y quebró los cerrojos de la cárcel de la muerte. Un ángel bajó del cielo y corrió la losa del mausoleo. Y anunció a las buenas mujeres. Iam non est hic. Resurrexit sicut dixit (Al que buscáis no está aquí, resucitó según prometía).

Y la Magdalena que había ejercido el viejo oficio era bien conocida de los rabinos y los del sanedrón strictu sensu Cristo reserva en su doctrina un papel eminente a las mujeres, aunque más que feminista y propugnador de la ginecocracia o mujeres al poder él defendía su promoción social.

Él vino a sacar a las esclavas del harén, lo que nunca hicieron ni Mahoma ni Confucio. Cristo era un “filogines” tolerante con las mujeres según los principios de su judaísmo helenizante, muy contrario al de los fariseos o los puros. Con esta comprensión hacia la mujer mitigaba las rigurosidades de su nazarinato aún a costa de escandalizar a los observantes del Mandato. Siempre restaura la dignidad del “femíneo sexu” fuente de vida y de decoro. Todo un símbolo del amor y consideración que depara el cristianismo hacia la mujer.

Me embargan los sonidos melancólicos de un canto de resurrección ruso andante ma non tropo:

-Vashe baskreseñie, Bozhe, angeli paiut na nebii fsiej (Tu resurrección, Señor la cantan los ángeles por todos los cielos y anuncian su mensaje al mundo)

Judas no pudiste ser tan malo como dicen. Con tu maldad de la que te arrepentiste al final pusiste el granito de arena en la empresa de nuestro rescate. No, la tumba no puede estar vacía, ni es verdad ese infundio de la película El cuerpo (protagonista Antonio Banderas) rodada en Jerusalén hace más de un lustro. Jesús. María y José. Esos alegatos descreídos –un atentado todos los días contra nuestra fe, una patada en la espinilla, un sopapo, como cuenta el evangelista en el pretorio (et dederunt ei alapas) que se liaron a hostias con Él, vaya- resultan un jarro de agua fría a mis ideales.

recitaron palabras vedadas y soltaron frases de escarnio. Nunca faltan cantarranas. También lo escupieron [spuerunt], sin embargo aquellos inmundos gargajos de ministriles y soldadesca lavaron la culpa.

La voz del diacono que hace de cronista en el canto de la Passio suena certera y concisa. Sus ecos se elevan por los empinos de mi catedral que trazaron el cartabón maravilloso y la plomada de Gil de Hontañón. Gótico flamígero. Los ángeles portan los ecos por la ortofonía sorprendente del templo. Hay un diablo grotesco que hace cabriolas y se esconde por entre los ánditos del triforio. ¿A que no me coges?... Hereje. Las tres Marías lloran al pie de la cruz. Y la merdellona de la casa del gobernador continua haciendo preguntas a tumba abierta, esta indiscreción desbocada de la familiaridad domestica puede resultar mucho más obscena que el fornicio de las prostitutas, al pobre discípulo desorientado buscando la grey. Murió el pastor y se dispersaron las ovejas. Ya no hay rebaño Es el dogal de la calumnia que aprieta el gañote de los ahorcados de la honra.

- No te me despintas, tu cara me suena y tu acento de galileo y cara de palurdo (los galileos eran los gallegos de Palestina) te delata. Yo te acuso

- Mulier, nescio quid dicis,- contesta el apóstol timorato a la impertinente mucama que se dirige a él con ese descoco, esa desfachatez diabólica de las fregonas de Intendencia que no pegan un golpe a la escoba y se pasan toda la tarde viendo a ver quien entra u quien sale, chismosas, garrulería oliente, palabra ociosa, descuartizadoras de honras, abandonaron la rueca, el tálamo, el escriño, para subir al púlpito y darle a la lengua. Por una criada pudieron echarle a Pedro mano. Y a causa de muchas de estas porteras soplonas mandaron a muchos pobrecitos en la guerra civil. Las tiemblo como el pedrisco. Pasan toda la tarde estas milanas detrás del mostrador, una de uniforme de ujier y la siguiente su compañera de menestrala del escobón. A la otra potra la han vestido de pardo como a las guardiesas de Buchenwald.

Uniformes correajes de cop neoyorquino que dicen seguridad pero que te pasan la pluma por el pico y llena el pasillo de advertencias, cámaras ocultas en el elevador, vigilo yo te vigilo. ¿Y usted cuando se jubila? Dicen que en su planta van a echar a cuatro cinco. Las sumilleras del vestíbulo tienen bastante peligro, hola y adiós, mejor nada de intimidades con estas prójimas, no está hecha la miel para la boca del asno y nada de explicaciones.

-¿Cuándo se muere?

-Pues me moriré cuando lo quiera dios y a mí me dé la gana, vaya pregunta.

-Et tu cum Galileo eras? Tú eras de los del equipo

-Nunca tuve ideas políticas.

Están maquinando maldades a todas horas pues son incapaces de verse quietas. Rumruns, rumorees y rollos. Viven a la expectativa y así van pasando sus tristes existencias, Calibran a bulto a los personajes. Llevan un oficio en toda la tarde y dicen haber trabajado mucho. Catate dellas que estas fregonas fueron las que quisieron condenar a Pedro a las tinieblas exteriores y eran las que hacían calceta en Paris mientras la guillotina no cesaba de partir cabezas. Les pica la criija y el morbo. Y como no paren llevan mucha sangre negra en las entrañas. Ríos de bilis manan de sus bocas. Fuentes son del correveidile, sabedoras de todos los cuentos palaciegos, todas las procacidades y no paran de darle a la húmeda. Celestineos áulicos del poder, gorrones del contribuyente.

Cristo perdonó pues andaba con ellas y con los recaudadores y publicanos con los que alternaba en las tabernas a las meretrices pero condenó a las sibilas y casandras y hubiera mandado quemar a las brujas que vuelan por el mundo, esperpento diabólico, esparciendo mal de ojo y maleficios. Sí, el demonio existe. Pero Jesús el gran titán de la historia venció a los poderes del mal y se enfrentó al mundo. Toda su vida fue un alzamiento contra el Establishment y el convencionalismo. Por eso su mensaje perdura, otros han muerto. Y todo empezó con un beso. El beso de Judas.

-Amigo ¿a qué has venido?

El Maestro conocía su conspiración y sin embargo le llama amigo y le devuelve el oscuro de paz. Ese shalom preceptivo entre los judíos. Todos estos detalles nos sirven para sospechar que detrás de Judas late una historia maravillosa, él también entraba contra el sistema de los escribas y fariseos. El Sanedrín. El Caucus. La sala de maquinas del portanaves. Los órganos deliberadotes. El gran Consejo de Gerencia. Todo sigue siendo igual que en la Judea de entonces. El mundo poco ha cambiado. Y a los escribas y fariseos (esa rueda anarquista del Evangelio renueva la bola del mundo todos los días poniendo las cosas patas arriba y el sistema boca abajo) que eran los políticos, los periodistas, los prelados de entonces aunque dejó bien claro y sentado: no vengo a abolir la ley sino a reformarla. Nada que ver con las fuerzas operativas externas del antisistema con una filosofía tan humilde que quiso quedarse con nosotros convertido en pan y en vino hasta la consumación del mandato de los siglos. Sin vino no hay eucaristía, no hay catarsis, no hay evangelio. Judas pertenecía a la facción de los fariseos. Siguió al Maestro tal vez llevado por miras mundanas que no ocultaban tampoco el resto de los Doce que eran hombres rudos, pescadores de Tiberíades que no habían leído mucho. Iscariote empero debía de haber nacido en Jerusalén. Sabía, versuto en Escrituras, de cuentas, en medio de aquella partida de analfabetos del primer Cenáculo, y tenía cifradas sus esperanzas, como la de tantos hijos de Moisés de su época, en la llegada del imperio mesiánico. La barra de Israel será la férula dominadora de los pueblos. Eso creían los que se pasaban de listos. Los enterados. Era la tentación del Sionismo con que Dios prueba a sus elegidos pero más que en la exaltación de la fuerza la grandeza de Zion está en el Canto del Magníficat. Et exaltavit humiles. El que se humilla será ensalzado. Sin embargo, cuando escuchó en boca de Jesús aquello de “mi reino no es de este mundo” y al predicar el Sermón de Monte, la semilla de la duda prendió en él.

-Pero ¿qué dice este loco?

Se rodeaba Jesús, por otra parte, de putas, publicanos y borrachos y hasta puede que algún apóstol fuera maricón. ¡Qué se le va a hacer! Nadie es perfecto ¡Qué escándalo para un fiel observante de la Ley! Pero Judas también lo amaba como lo amaba Juan y la madre de los hijos del Zebedeo que quería para sus dos vástagos un puesto de privilegio en el reino. Mi reino no es de aquí. Que desilusión. Judas cambió de chaqueta pero su decepción le torturó hasta el final. Sentimientos encontrados de amor a aquel rabino maravilloso y nada convencional que conocía la Ley mejor que nadie pugnaban por el resultado. Su reino no era de este mundo y aquí entra en juego el orgullo y el sentimiento dominador de todo israelita que se siente un escogido (y seguramente lo es porque existen testimonios fehacientes que lo avalan) y llamado a una gran tarea: la transformación de este mundo. Era una misión política. Sin embargo en la Última Cena la noche de Pascua el Señor decía cosas incongruentes a los oídos de un zelote: un mandamiento nuevo os doy que os améis los unos a los otros. Aquel tío – que se me perdone hablo en figura- estaba como una cabra. Con la que estaba cayendo. Con la lucha sorda que llevaba sus hermanos para emanciparse de la tetrarquía y de los fasces y el lábaro de los soldados de Augusto. Por eso saltó la barrera y se salió del grupo. Pese a todo, Judas se sentía tan ligado a Jesús que su alma torturada no pudo resistir el recuerdo de la mirada del Maestro cuando lo prendieron y se colgó de una viga. Desde entonces a los que estudiamos un poco el sentido del mundo y conocemos las flaquezas humanas el pensamiento y la memoria del Iscariotes nos revierten a la Balada de los Ahorcados de Villon. Nadie condene a Judas. Todos somos traidores y perjuros. En los últimos momentos cuando Judas se debatía en la agonía vio una luz y escuchó, según dice la tradición apócrifa, una voz que le convocaba al paraíso. Esto es Jesús lo perdonó y el apóstol réprobo se salvó. Algunos escriturarios dicen también que la negación de Judas no tuvo tanta gravedad como la del apóstol Pedro que era el destinado a ser cabeza de la Iglesia [otra vez la humana fragilidad y el barro con que está construido el edificio] y demuestra que el mensaje de la redención va mucho más allá de lo meramente humano. Pedro era un gallina. Lo dejó empantanado, hizo en un arranque de valentía, un gesto como de tirar de navaja cuando bajaron los del Sanedrín al huerto de los Olivos con palos y con antorchas: “Domine, et si percutimus gladio? (Señor ¿sacamos la espada, quieres que vayamos a por ellos? Y Jesús le respondió con una frase cincelaría:

- Quieto. El que a hierro mata a hierro muere.

- Tú estabas con ellos. Eras de su cuadrilla – insiste la fregona del Pretorio. Pedro negaba con la cabeza ¿Y Tú eres el Hijo de Dios? Tú lo has dicho. Et statim gallus cantavit Y de repente por vez tercera oyó el grito aleatorio el diacono en tono perfuntorio y oficioso hacía la crónica de este acontecimiento que para mí es el libro más maravilloso que jamás se ha escrito y no una cábala que a muchos hizo ricos como pretendía un papa Borgia, sino una verdadera historia en que se narra la visión del mundo, se estudia la psicología y la clástica o frágil condición humana. Y se diseña un plan soteriológico de vida y redención.

Es el mayor canto épico que conocemos. Et accésit ad forras et flébil amare y Pedro consciente de su traición salió afuera del atrio donde los militares, las criadas, los gariteros de la vigilancia nocturna en la corte del pretor y los serenos contaban las incidencias de aquel ajetreado día mientras se calentaban a la lumbre, lloró amargamente. Judas también debió de llorar lágrimas amargas que lo empujaron a cometer una locura. Era un hombre al fin y al cabo. Cuentan que el pelirrojo físicamente era el que más se parecía a Jesús del que era algo pariente. Hasta se ha llegado a suponer que era hermano carnal de Jesús.

Y los apócrifos especifican que en el ultimísimo trance tornó a la grey y pudo de esa manera ingresar en el Paraíso junto a Dimas el buen ladrón y a Gestas, al que también perdonó, lo mismo. Judas, ego te absolví. Fuiste pieza imprescindible del engranaje de la maquina de la salvación pero te convertiste en el malo de la película. En antagonista, un ser humano lleno de dudas, vacilante, sujeto a cometer errores.

Ego te absolví.

La gente anda pidiendo escaleras para subir al madero cantares del pueblo andaluz, como canta la copla... y pronuncia tu nombre. Judas. Judas. Nombre proscrito en los anales de la infamia. En los códigos desterrados. Sobre el apóstol traidor mucho se ha escrito. Y mal. Ha sido su perfidia cantada por los vates de todas las épocas, tema de fondo recurrente en la paleta de los grandes pintores y fuente de inspiración del arte de todas las épocas. En el clavicordio de mi imaginación empiezan a sonar, lúgubres, las notas dela Pasión Según San Mateo de Bach. ¿Verdaderamente traicionó a Cristo el apóstol tornadizo?

Acabo de leer un polémico que seguramente ha plagiado uno de los bestseleristas en boga y que publica libros a barrisco. Sin embargo a mí me parece un historiador pluriempleado del montón. La figura del discípulo apostata y suicida vuelve a ser reivindicada. El libro que yo tengo entre las manos en los días previos al Viernes de Dolores es de un profesor de hebreo en una universidad germana: Pinchas Lapide (1927) Cátedra de Exégesis bíblica en la universidad de Frankfurt. Coloca algunos supuestos y estereotipos en tela de juicio. Iscariotes no era más que el cajero, el organizador de la estructura de las peregrinaciones, por así decirlo. El poder externo. Y temporal. Lo contrario a Cefas. Pero Lapide va más allá afirmando que Judas es la moneda de cambio para la propaganda antisemita que corre como un reguero de sangre y de pólvora a través de toda la historia.

En cuanto tal, se trata de un personaje inventado por los evangelistas. Lapide realiza una investigación exhaustiva de la palabra dinero en el antiguo y en el nuevo testamento. En Mateo se habla de sículos. ¿Qué me dais si os le entrego? Responden los del Sanedrín: Treinta sículos. El vellón que circulaba de mano en mano en los tiempos del Galileo en la provincia romana de Palestina era de casi veinte clases diferentes. El sículo pesaba como media onza. Tenía algo así como º12 fracciones porque los hebreos desconocían el sistema métrico decimal. Pero a la moneda que se refieren los otros tres evangelistas es posterior. Los denarios empiezan a circular unos tres siglos más tarde.

La fuente de inspiración de los evangelistas es el libro de Zacarías: “El hijo del Hombre será vendido por treinta monedas de plata” haciendo todos ellos resaltar el cumplimiento de la profecía. Era lo que solía valer un esclavo para el laboreo o una esclava moza para el deleite en la catasta. Precio pues de la infamia. Iscariote significa en hebreo el “hombre del puñal”. Esa semántica tiene un sentido traslaticio o irónico de la misma forma que cuando los españoles vamos a una fonda y pedimos la “dolorosa” (cuenta) al camarero.

En sentido estricto Judas significa ecónomo, director financiero, banquero. El que manejaba los cuartos en aquella especie de kibbutz ambulante establecido por el Galileo. Jesús pertenecía a la casta de los nazarenos, una rama de los esenios, que vestían de luto (morado), se dejaban crecer la barba, no probaban bebidas fermentadas y se abstenían del comercio carnal con mujeres o a tiempo parcial o perpetuamente como fue el caso del Bautista del que parece ser que estaban enamoradas tanto Herodías como Salomé. La continencia de esa forma va a ser uno de los puntos fundamentales de su predicación. Tampoco creían los nazarenos en la propiedad privada. Vivían en comunidad. Fueron la base del monacato. Ser perfectos como mi Padre que está en los cielos lo es. He ahí el lema de Jesús. Como nazareno a Jesús le estaba vedado rendir culto a Mamón el dios del dinero.

A lo largo de sus sermones fustiga la riqueza. El mensaje cristológico adoraba a los adoradores de Bethel. Recordemos la parábola del camello y la aguja. Pero Lapide se explica: es un error en la colocación de una tau en el evangelio de Lucas. El copista desidioso o poco avezado a los intríngulis del hebreo se equivoca y en vez de maroma de aduja marinera lo traduce por camello. El Maestro, a decir de este profesor, era un exaltado como muchos de los intolerantes zelotes de la época. Que exageraban y eran muy radicales pero cuyos dichos han de ser explicados en su justa medida y con regla. Cristo fustigó el agio y la especulación pero justifica el uso moderado del dinero.

- Dad al Cesar lo que es del Cesar.

Sin embargo, lo cierto es que el discípulo más cualificado y competente sucumbe a la tentación de la codicia y mete la mano en el cajón. Los últimos descubrimientos arqueológico como los Rollos del Mar Muerto o los incunables del Monasterio de Santa Catalina en el Sinaí, al que denominan algunos junto con la Sabana Santa el Quinto Evangelio, ofrecen ciertas peculariedades novedosas. Los textos no son lineales ni se caligrafían de una misma mano, sino que ofrecen tachaduras e intercadencias. Giros no coincidentes y hasta equivocaciones de monto en la versión del hebreo al griego lengua esta última en que se soporta todo el Nuevo Testamento, a decir de Lapide.

¿Quién era Judas? Ha sido un nombre de escarnio que ha alimento de la columna contra el pueblo hebreo, una maquina de matar que no ha matado hasta los hornos crematorios de Auschwitz. El pueblo judío como tal – su clase dirigente tal vez- no fue responsable de la muerte del Inocente. Judas simboliza esa inclinación homicida que llevamos todos dentro. Somos envidia. Emulación. Mentira. Traidores. Largamos demasiado llevados por la pasión. Taimados y adoradores de Bethel y de dioses falsos. El duodécimo discípulo viene a ser una especie de antagonista repulsivo pero pieza indispensable en el argumento de la parábola y argumento necesario al cumplimiento de los planes divinos sobre la redención.

Era oportuno que un hombre muriese por el pueblo pero tambien se requería la existencia de un traidor para consumar los planes divinos. Con esa irrisoria suma fue comprada la economía de nuestra salvación Así que Judas, la figura más importante de toda la soteriología al revés, lo somos todos. Al final se ahorcó. Y su cadáver pingando de la quima de un enebro es un espectro en la historia de la humanidad. Algo macabro que nos persiga. Con las treinta monedas que lanzó a la cara de los escribas y fariseos se compró el campo de Haceldama. Un solar para construir, unos terrenos para edificar. Con Judas empezó la especulación y a cundir los, una voz que acusa en el silencio de los Campos de Haceldama, a lo largo de la historia humano. Sus ecos instan a la penitencia, al perdón, al arrepentimiento. Y esos campos de la sangre estarán siempre a nuestro lado. Nunca perderemos de vista a la delación y a la traición, a las guerras, a los homicidios, al hambre. A los pobres pero Él nos prometió quedarse a nuestro lado de hombres que sufren, aman y dudan, hasta el final.

Es el gran Haceldama o real state que nos desborda y se nos puede ir de las manos prometiendo destruir la vida y los paisajes. Ladrillo. Cemento. Cartabón, hilera, adaraja y plomada.

-¿Y qué me dais si os lo entrego?

-Treinta denarios.

Era lo que valía un polvo con cualquier esquinera meretriz de Jerusalén. Los símbolos encajan perfectamente en el ideograma. Pero vayamos más allá: por tan irrisoria cantidad de treinta sículos se puso en movimiento la maquinaria de la redención. No hay mal que por bien no venga. Algunos teólogos en una parenética ad hoc sobre la figura de este galileo misterioso que según refieren las crónicas era pelirrojo aducen que en el último momento, arrepentido, se salvó. La misericordia de Dios es infinita y sus vias inescrutables. Dios perdona a todo el que hace penitencia.

-¿A todos?

-A todos. Su vara de medir no coincide con nuestros patrones.

-Incluso al carnicero de la Plaza de la Republica Dominicana?

-También a Otegui lo absuelve aunque tendrá mucho que purgar. Judas es un personaje que se repite a lo largo de los ciclos y de los tiempos. Demuestra la existencia del mal. Judas, al igual que Jesús, también se quedará con nosotros hasta la resurrección del último día.


domingo, 21 de marzo de 2021

 ESPAÑA LA PATRIA DE UN BUEN VIVIR QUE SE ACABA (EROTISMO IV) 

  

COAXCAS Y TABERNAS 

  

A ver qué va a ser los señores. `pasen al fondo...Una de bravas marchando. Ya se quejaba Góngora hace cinco siglos de nuestro amor por las tabernas, CAPILLAS DEL DIOS BACOpalomares del amor, columbarios del arrullo, casas del trato y tócame roque garitos, cantinas, bodegas, chigres, barras y alhóndigas del deseo "Córdoba ciudad bravía más ce mil tabernas y una sola librería". El alterne habitó entre nosotros. Somos un pueblo jaranero aunque aquí estos habitáculos de la conversación a voces, el pinchito, los camareros con mandil sucio despeluchados y el piso del local lleno de cáscaras de gambas y cigalas una tapa un duro no son establecimientos para emborracharse como los speak easy de Chicago. —Págame una ronda.

—Yo te convido que hemos cobrado. Niño, a este merluzo que no le falte nada de nada.

 Al salir de misa hay que recorrer el barrio húmedo. Por la tarde a los toros y a la noche si vaga al burdel. Tascas y coaxcas. España un país de curas y monjas camareros y putas. Reino del alegre vivir. Una civilización confusa y anamórfica.

 —Danos, danos y danos hasta que no te conozcamos. Es la ley de fray Jarro hasta caer redondos.

Han cerrado esos colmados del infortunio y del gasto inútil y yo me alegro. Pongamos a todos los borrachos a trabajar y seremos ricos. 

La pandemia consiguió en un año bisiesto lo que no se pudo durante cerca de diez siglos de historia. El hidalgo antañón se espolvoreó la barba con migajas de pan y entró en la taberna con el chapeo para atrás altanero para hacerse notar como bien comido y servido. Esta es la patria del querer y no puedo. Se nos va la fuerza por la boca. Todos quieren aparentar.  

El jarro corría de mano en mano y pedían la baraja al mesonero. Había que añadir a la lista de frailes mozos de cuerda el indefectible tahúr. Aquí se juega al tute en la sala de banderas en los conventos en los hospicios y en la coaxca barajando sotas de los cuatro palos: copas, oros, espadas y bastos. La sota de espadas es la glorificación de la ramera enternecida y rubia que llaman los astures "piculina". Pero si los bares están echando la tranca, los burdeles han aumentado. Están en el gobierno, en los periódicos y en el aire de la calle porque España fue la patria del buen vivir frente a esos ojiporcunos─ en la lujuria el hombre es un verraco y su prójima la marrana─ inoportunos que no sacan cada mañana la retahíla de tantos contagiados tantos fallecidos por la peste asiática parece que la gozan el relato nunca se vio tanto masoquismo, oye. El Régimen no conseguirá clausurarlos. 

Honorato, holguemos, un rato, amor, después de la misa y la corrida, a la coaxca. Irse de putas alegres como un cascabel y regresar a casa con la bolsa vacía en medio de los gritos, las voces y los gritos de la parienta hecha una Eumenide. Aquí se jode, no se hace el amor. Vayamos juntos a los tentaderos del mete y saca con los pijos que salen flácidos  duro que te pego... metolo duro saco lo blanco cabibermejo centelleando y babeando

Cerner la coyunda con el culo patas arriba es placer incomparable. A la gatesca o a lo perrito encendamos el cirio y quedito que no duele. Ellas de placer vuelven la vista y ponen los ojos en blanco que para los tardones la noche es larga y vierten calderos de arrope por las rodillas; un charco blanco ensucia las sábanas parece que la vida se le sale a mi niña por las partes recónditas de tanto goce. Es el "pecca fortiter" que decía una santo Padre para que luego te arrepientas con mayor dolor de atrición. 

 Mucho gusto me das amor pero no pares, sigue, sigue oh my God. Cuando se ponen a berrear las ninfas toriondas del cantón, hay que cerrar las ventanas para que no lo escuche todo el barrio. La bebida tiene otras complicaciones pero no es tan sucia como el puterío. 

Son los gritos del trincadero que los ingleses llaman moaning y se parecen al mayido de gata en celo. Para esto no hay solución. 

Don Calixto entró en Madrid con su capa rota bebamos una copa y otra copita que ahora nos va a saber más sabrosita y mucho vestido blanco y mucha parola y el puchero en la lumbre con agua sola. Jovellanos llamaba a los figones apartamentos de conversación y a las casas de tolerancia tenadas del triquitraque venal pero ya lo decía la copla ni se compra ni se vende el amor verdadero y los soldados del Cid ya se del Cid veneraban a la diosa Fortuna jugando a las cartas en las chabolas de los campamentos, se emborrachan en los figones y luego se iban de putas a la tarde después de la misa cantada. "Que no murió  por las tabernas ni tampoco tablas jugando que él murió sobre Zamora vuestra honra resguardando". La vida es una partida de rentoy no más. 

Venus, el honor, La Baraja, Tanatos, Baco siempre hubieron entre nosotros notable predicamento y cognición. Son nuestros

 

 






UN MILAGRO DE SAN JOSÉ

 

Tengo para mí que los milagros existen por más que no pueda demostrarlo y el divino y casto José el que guarda un secreto mutismo en el evangelio es uno de los mayores taumaturgos en la historia del cristianismo aunque el culto josefino tenga poco arraigo en las iglesias del Este pero Teresa de Jesús la grande no daba un paso ni llevar a cabo fundación de conventos sin encomendarse a él. Ayer 19 de marzo el padre putativo de Cristo se despachó con uno de esos milagros a la chita callando por los que es famoso con nosotros los pipis de la hornada de 1955.

Ayer me llamó Gaspar HERGUEDAS para unirme al grupo de guasaps del Seminario. Algo que no esperaba porque me sentí decepcionado por algunos extremos acaecidos en nuestras reuniones anuales que obvío aquí pero que he plasmado en esta bitacora. Larga es la cosa de explicar. Ángel San Vicente uno de nuestros presbíteros comenta en el chat que el seminario creó en nosotros un vínculo indeleble más allá de nuestras creencias políticas y de nuestro periplo vital. Ya somos setentones pero seguimos caminando por la vida impasible el ademán amando a esa Iglesia que tantas cosas buenas (dejemos a un lado las malas que corresponden a toda organización humana) nos enseñaba.

Podemos decir como Graham Green el autor inglés en parafrasis “England made me” pues igual “The Church made us” y si nos remontaramos a Mío Cid diríamos:

—Castilla fizo los homes e los desfizo

Es lo mismo. Aquí estamos. Llevamos dentro a un cura malogrado pero tal y conforme van los tiempos podrían resultar  porque nos aflige la España vacía y los seminarios vacíos que este humilde corresponsal trató de explicar adelantándose a los tiempos. Curiosamente estaba yo leyendo, cuando me telefoneó mi colega, pasajes de mi libro “Iste Confessor Seminario Vacío” y quedé maravillado por la acribia o exactitud de mis postulados. No tengo abuela pero esto ¿lo escribí yo? Ya no me acordaba. Lo digo como lo siento

Di con la clave pero nadie es profeta en su tierra. Tanto esfuerzo y trabajo como supuso redactar este denso libro que son las memorias de mi infancia quedaron en barbecho. Por ende, sobrevino para mí este desencanto o desafecto con mi pueblo. El Azoguejo fue el alma mater de la picaresca de los perailes, la patria del “Buscón” y nosotros somos unos pícaros a lo divino.

La vida nos moldeó así pues hubimos de vivir el cataclismo del gran cambio de nuestra sociedad.  Sin embargo, he de decir con Santa Teresa a la cual yo expliqué en mi otro libro “Teresa la judía conversa” que Dios escribe al derecho con letras tuertas.

Gracias, casto José, nos acogemos a la blanca vara de tu viril paternidad en estos tiempos donde reina la impudicia y el desacato a los valores por lo que nosotros luchamos y creíamos. Todo dio la vuelta.

Gracias Gaspar Herguedas, gracias Angel San Vicente, gracias Jaime Olmosmis hermanos mis amigos y que Dios perdone mis pecados “Gospodi achisti grieji nas” dicho sea de paso con palabras del canon de la misa de San Basilio.

 

sábado, 20 de marzo de 2021

 

CONCERNING BURNING

    

The burning of books is objectionable on principle. Indeed, whenever I hear of books being burnt, I always think of the famous quote by Heinrich Heine, who was born a Jew but converted to Christianity, and who died 1856. He said, “Where they burn books, in the end they will burn people.” (There is a fine irony in his far-sighted wisdom, since his books were among the many consigned to the flames by the Nazis in the 1930s.) The reason that book-burning is objectionable is that consigning something to the flames means not just its destruction, but in many circumstances its renunciation, and asserts its total lack of value. And pretty much all books have value—even the books the contents of which we disagree with. We may disagree with the ideas some books contain, but the idea of a book itself—that is, offering ideas from one person to another—is valuable and good, for all books involve sharing and dialogue, and all human dialogue has value.

In the same way that burning books is bad, burning people is bad also. Put another way, cremation is not a part of our Christian Tradition. Asserting this flies in the face of much modern North American culture, where cremation is rapidly becoming the preferred method of dealing with the bodies of the dead, but Orthodoxy continues to make this assertion nonetheless. As far as the historic practice of the Church is concerned, cremation involves the burning of people.

Modern secular culture denies this. It says that people—human persons—are to be sharply differentiated from their bodies, so that cremation burns not the person, but the body of the person. The person—the real person—is identified with the soul, and this soul resides in the body in the same sort of way that a letter resides in an envelope. In the case of letters and envelopes, the envelope has no real and lasting function apart from the safe delivery of the letter, and after the letter is received, the envelope may be thrown away. After all, it is the letter which is of value, and it is the letter which we keep. In the same way, modern secularism holds that the soul is the real person, and the body only the temporary container or vehicle for the soul. When the soul departs from the body at death, the body has no more lasting value than the envelope has after the letter is removed. Both may be thrown away, or burned.

Over against this, the Church asserts that the body is not simply the container of the soul but, along with the soul, also partakes of the beauty and image of God. It is therefore not so much the case that we have bodies, but that we are bodies—as well as being souls and spirits. The body is made by God, and shares His image—not of course that God has two eyes and a nose and ears, but that the body’s beauty and grace have their source in God. And not only does the body partake of God’s grace in its creation, but also in its redemption, for it is the body which is baptized and chrismated, the body which receives the Body and Blood of Christ in the Eucharist, the body which will one day be raised to new immortal life at the final resurrection. In a word, the human body is holy, and is central to our total salvation. Like all holy things, it must be treated reverently. As said above, consigning something to the flames speaks of its lack of value. This practice made sense in paganism, for pagans denied that bodies had ultimate value (that was why the philosophical Athenians scoffed when St. Paul began asserting that bodies would rise again; see Acts 17:32). Pagans could cremate and burn their dead and be consistent with their religious beliefs. Christians cannot, for Christians believe that the body has too much value to be consigned to the flames.

There are other problems as well with the present practice of cremation. For one thing, some in the funeral industry who promote cremation do not tell the whole truth about it. In particular, they fail to mention the truth that bones do not burn. Flesh burns, and hair burns, and fat burns, if the fire is hot enough.   (When it does, it is not an edifying spectacle. Indeed, some people who have witnessed it have said that if many knew exactly what occurs in the process of cremating a body, they would not have gone through with it.) But bones do not burn, however hot the fire may be. What then is done with them after cremation? They are put through a grinder, and ground down to tiny bits. I am told that cleaning such grinders is not easy to do, and the bits from one body can get mixed the bits from another. Some have told me that talcum powder is sometimes added to make the bits look more like ashes. This of course is an attempt to hide from the truth that bones do not burn.

There are other problems as well. I have been present when the ashes were deposited in their designated place in burial grounds. Prayers were said for the departed, referring to the dead in personal terms, as a “who”. The worker from the funeral crematorium then came, bringing the ashes in a plastic bag. The departed had now become not a “who”, but a “what”, for the worker said, “Where would you like me to put it?” Note: not “him” or “her”, but “it”. The worker was not heartless, and I’m sure meant no disrespect. He was only doing his job, and stating the obvious: cremation had turned a person into a thing, something able to be carried in a plastic bag under one’s arm and stuffed into a small funerary cylinder. Cremation meant depersonalization.

Here then is the main difference between cremation and the historic burial practice of the Church—the latter alone does justice to the personhood of the departed and to the sanctity of human flesh. This is not to judge or condemn anyone who has allowed the cremation of loved ones, for we all do the best we can, and times of bereavement and grief are not the best times to relearn and rethink. But though the Church does not judge, it does offer a better way. We do the most honour to our beloved departed when we avoid cremation, when we commit them reverently in the ground.   We need not burn the bodies of those we love. Instead, we place their bodies in the good earth, and their souls in the hands of the good Lord.

 

RUSSIAN BISHOP PROTESTS PLANS FOR CREMATORIUM

Sarapul, Russia, March 16, 2021

Photo: eparhia-sarapul.ruPhoto: eparhia-sarapul.ru    

On March 5, His Grace Bishop Anthony of Sarapul and Mozhga addressed an open letter to the head of the Russian Udmurt Republic about his plans to build a crematorium in the city of Sarapul.

On the site of the Sarapul Diocese where the letter is published, it bears the subtitle, “How will the residents feel knowing that the bodies of people are burned in their neighborhood?” His Grace draws upon Orthodox teaching and the dark history of cremation in Russia to call upon the Republic head to reconsider.

Addressing Alexander Brechalov, Bp. Anthony begins: “I was surprised to learn from the media about your decision to build a crematorium in Sarapul. Unfortunately, such a sensitive issue, affecting the moral, ethical and religious feelings of citizens, was adopted without discussion with the residents.”

The Holy Synod of the Russian Church recognizes the burial of Christians in the ground as the norm, His Grace writes, noting that “From time immemorial, the dead in Russia have been buried in the ground.” And this is true not only for Orthodox Christians, but also for Jews, Muslims, and even atheists, he adds.

Historically, cremation began in Russia after the 1917 revolution, when the new government began to fight against God and Russia’s age-old traditions. Moreover, crematoria were often built on the site of desecrated churches, “Therefore, today, for the faithful of Sarapul, the decision to build such a structure is a new reminder of theomachy,” Bp. Anthony informs the head of the Republic.

The very word “crematorium” is associated with war, fascism, and concentration camps, especially for the older Russian generations, His Grace continues, and the very presence of crematoria is morally disturbing. “How will the residents feel, knowing that the bodies of people are being burned in the neighborhood?” the hierarch asks.

There are also environmental issues. In Nizhny Novgorod, people who live near a crematorium complain of the constant smell of burnt hair, Bp. Anthony notes.

And while a new crematorium will create a few jobs, the moral, ethical, and religious negatives far outweigh any benefits, the Bishop affirms. And in these trying times, the people need decisions that will unite rather than divide them.

Previous generations in Sarapul left a beautiful city with a rich history, but “what great deeds will our descendants remember us for? Will the crematorium become a monument of our times?” His Grace concludes.

In June 2018, OrthoChristian reported on a Bulgarian hierarch taking a stand against a crematorium being built in his city. Several Greek hierarchs similarly spoke out in 2016, and Archbishop Chrysostomos of Cyprus reminded that the Church does not serve funerals for those who have been or intend to be cremated.

 QUOD SCRIPSI SCRIPSI

 

Dijo Pilatos lo que escribí, escribí. Dicho queda. Hermosos días de septiembre veranillo del membrillo que anticipa un otoño dorado. El libro está presentado. Unos monjes benedictinos del Paular con sus arreos del hábito y el escapulario de San Benedicto bajaban por la calle Real y se pararon ante la iglesia del Corpus. Una custodia campeaba sobre el dintel para lavar la culpa de un sacrilegio ocurrido en 1410. el lugar tiene muchos visitantes. Llegan en manada por curiosidad más que por devoción. Vivimos una cultura laica. Dio vuelta la tortilla. Escribieron de otro modo la historia y nuestros sueños quedaron para vestir santos. Las cosas que nosotros sabemos se ocultan pero hay gente que como este servidor las pregona a los cuatro vientos.

-Fijese, reverendo padre-le dije al abad- ustedes los frailes benitos construyeron Europa. Las fuerzas oscuras la están destruyendo.

-Pero Cristo está en la historia- contestó el monje.

Crucé la arcada de la iglesia de San Martín donde estaba ubicado el palacio de los Trastamara y no escuché el rugido de los leones de don Enrique IV. Esos felinos rugían en su finca de recreo a las afueras cerca del Campillo y de los Jardines de Villangela, el antiguo convento de clarisas, hoy convertido en restaurante. En las ménsulas del artesonado mozarabe descubrí insignias triunfales de nuestro pasado. Estaban las flechas del poderío y el yugo de la labor. Eramos poderosos siguiendo la recomendación del apóstol de que la vida es milicia. Hoy no tenemos ejército y los caganets- Pujolín y Arturo Mas a los que se ha unido el picante pichanet Duran Lérida, y es verdad ese nacionalista cavernícola tiene cara de bálano- nos hacen un calvo, se mean en la roja y gualda y se limpian el trasero con el libro de la constitución y aquí todos aguantando mecha. Han acabado con el sueño de la unidad nacional y todo se está viniendo abajo. En cuanto al yugo de la labor aquí nadie pega ni golpe. Nuestros hijos viven de la pensión que nosotros cobramos. Del ejército carecemos. Mi viejo regimiento ha sido convertido en un monstruoso edificio que dicen que es una universidad donde se graduan burros. Un pegote. Han hecho trizas la Fuente del Lagarto donde jurábamos bandera y la barbacana donde campeaban el escudo del glorioso regimiento con las armas de Castilla y de León se la han llevado a un museo. Menos mal que la taberna de enfrente donde me tomo un refrigerio se llama “España” todavía. La Iglesia se ha convertido en una ONG que sirve a los laicos intereses de una Mano Oculta. ¿Cómo? Sustituyendo el amor por el odio. Escondiendo la buena nueva evangélica por un acontecimiento contingente y temporal del que les hablé más de una vez. Es un poco el tema del libro “ Seminario vacío: los pecados mortales de la Iglesia”. Es un canto epinicio a aquella Segovia que fue y ya no es y una diatriba contra todo aquello que nos pasa. Y explico cuál es la razón de nuestro desasosiego. Por qué nos pasa. Por qué somos así. En esta Segovia comunera nunca fuimos menos libres. Aquí sólo hablan los políticos. Aquí sólo largan sus rollos los jornal-listos o periodistas del pesebre como Jáuregui, la Cernuda y compañía. Al pueblo le toca achantar la mui. Sin embargo, creo que mi libro es una verdadera obra de arte y digo lo mismo que Clarín cuando dio a la estampa su Regenta: de esta novela hablarán las generaciones futuras. Quod scripsi, scripsi. El clarete se trasegaba bien, el lomo, muy rico, la compañía afable, el recordar intenso. Vinieron los pincernas de don Enrique IV que se sentaba a la morisca entre nosotros. Estaba el buen rey en espiritu como un comensal más viendo yantar a toda la peña aquella lechigada del 55 que hoy van para viejos. Su escudo de armas –SAR- parecían el hierro de una ganadería de mihuras. Don Enrique el hermano de Isabel tan difamado fue uno de los fautores de la unidad nacional que ahora tiran por tierra esta clase política siniestra. España no se merece esto. La tarde del 9 de septiembre luego se puso melancólica. Pero eso va a ser, si Dios me da vida, otro tema y otro libro.