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sábado, 2 de enero de 2021

 EROTISMO III

LA CARAJICOMEDIA

 

Soy el farolero de la puerta el sol cojo mi linterna y enciendo un farol ay farolero que te vi un poquito alumbrado dame un poco de farol aunque sea apagado. Los faroleros de la puerta el sol, venida la tarde, se quitaban la gorra cuando pasaban ante la estatua de la Mariblanca que fue una meretriz famosa que encandiló a todo Madrid y que jodía de balde con buen continente.

Acoto la Carajicomedia del canciller Ayala que era un hombre corrido que conocía el percal cliente y usuario de todas las mancebías. Los vestiglos azotaban la calle la Montera y hoy ahí siguen de haciendo guardia y plantón por la Ballesta.

A mitad del pasado siglo que lo recuerdo bien pues fue mi primer polvo (me estuve lavando la boca un mes) antes estaban las coaxcas en Echegaray ojo avizor sacerdotisas del gusto con el octavo ojo humano (narices, cavidades oculares, orejas, boca, ombligo y dos a los que no se les ve: crija y verija por otro nombre carajo, el ojo flogístico de por atrás me gusta más) a mano. Es el que ni canta ni llora pero pide guerra a todas horas.

Los entendidos dicen que a veces tienen largas discusiones y acoplamientos más tarde las pichas y los coños. Mariblanca jodía de balde y por caridad como santa Mefisa virgen y mártir. Lo de la pobre santa Mefisa que de virgen nada de mártir todo lo que quieras es un imposible metafísico pero con esa palma la coronan en el martirologio diz que murió cabeza abajo bajo el hacha de un verdugo napolitano según declara en su panfleto don Diego Fajardo. Agustina de Aragón que también sirvió a la patria com emtereza acabó sus días en un burdel de Barcelona que así es de desagradecida España con sus hijas más preclaras. Al igual que Mariblanca.

Algunos doctores recomiendan que para arreciar con furor es bueno ir antes a por setas al bosque o al pinar arguyendo nadie sabe por qué que sexología y micología van de la mano un sí es no en unión hipostatica. La seta es encomendada para los anafrodisiacos inapetentes y abstenerse los afrodisíacos. Sin embargo, aunque me des cinco furos no voy contigo al pinar que tienes sabañones y me los puedes pegar (cantar segoviano).

Este parece tiempo de furores uterinos y huyendo de la peste china las mozas duran más y gritan en los gineceos quiero más mientras sorben el zumo del ojo que no canta ni llora pero eyacula invitando a pecar en los berreaderos de Internet.

Los modernos globalistas creen haber descubierto la pólvora pero la cuestión es más vieja que el andao palante 

En la literatura porno castellana el morbo de los conventos atiza la imaginación de los católicos obsesionados con el pecado mortal de pensamiento palabra y obra:(con meneartela no sólo te condenas también te estas haciendo cisco, me dijo un cura a mí cuando yo machacaba el ajo sin parar)

“la humilde sor Quiteria

Hija de aquel seráfico divino

Llevando al refectorio el pan y el vino

Rompió un jarro en el camino

Estando presente la comunidad

Al punto humilde se confiesa

A la abadesa

Por romper el cazo diamantino

Madre, a mí me pesa

Ella se fue a la portería

Y alzó el habito con gran paciencia

Hallando bajo las faldas

A dos frailes mozos

Que el jarro la rompían reciamente

Cumpliendo con el gusto

En obediencia.

Ay Dios, madrugaste, vecina, a sacar pollos quiera tu suerte que no encuentres al diablo y te coma el coco pues dicen las vecinas que crían palomos y las que del huerto cogen cohombros que apenas se acuestan y cierran los ojos cuando con un pepino de la mano al codo  le dan por las piernas golpes tan sabrosos que crujen los dientes de dentera todos (cantar de ronda del siglo XVII)

Se quitaban el cenojil y el jubón pues por lo visto no se habían inventado los panties entonces y las bragas enjutas eran ropa de hombre. El destocarse era uno de los gozos más saludables para los castellanos viejos viendo cómo se despedía su dama tan despacio en las alcobas recónditas.

Madre la mi madre.

Que me come el quiquiriquí

Rascalo hija que también

Me come a mí

 

Dale si le das Carasa

Una mozuela de Logroño

Hilando me mostró el co...po

De lana negro que hilaba.

Estas coplillas están sacadas del Cancionero General. Hay otra versión menos “verde”: Me dice mi madre no vayas a Logroño porque los muchahos dicen mucho co... ño” lo que demuestra que el erotismo es cosa alborozada para alegrar los corazones en tiempos de pandemia o pandemónium del Covid19 y mantener a raya al cretinismo informativo de nuestras teles y periódicos al servicio del NOM pues parece que el ingenio ha fenecido entre nosotros.

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